Antonio Sala Buades
El 16 de noviembre, en el parque natural de las lagunas, tuvo lugar la observación astronómica programada en la XVI Semana de la Ciencia, que hubo de aplazarse del sábado anterior a causa de la probabilidad de lluvia.
Presentó la sesión el guía del parque natural José Manuel Botella, que animó a los asistentes, tras comentar un breve vídeo, a conocer mejor las maravillas que tenemos a nuestro alcance en las marchas que se organizan regularmente.
A continuación se desarrolló la conferencia de Enrique Aparicio Arias, profesor de la Universidad de Alicante y presidente de Astroingeo (asociación astronómica que se dedica a observar el cielo y a difundir sus conocimientos), que tuvo el curioso punto de vista de atraer a la ciencia a los especialistas en literatura, y viceversa. Con el sugerente título de «Astronomía en el Quijote», Aparicio destacó los extensos fundamentos de Miguel de Cervantes en astronomía e instrumentos de navegación, que plasmó en los diálogos de sus personajes, en concreto, en ocho de los capítulos del Quijote.
Ya en el exterior, vino la clase práctica, «Don Quijote cabalga sobre las salinas de Torrevieja». Enrique Aparicio, con el material adecuado, demostró —pese a la inevitable contaminación lumínica—, con el cielo como pizarra, los conocimientos de Cervantes puestos en boca de Sancho. La noche se completó con la observación de cerca de la Luna, Saturno (inconfundible por su anillo), Júpiter (con cuatro de sus numerosos satélites) y nebulosas. Los telescopios fueron asimismo protagonistas destacados, pues uno de ellos databa de 1750, y fue descubierto en el altillo de una vivienda francesa y recuperado para su función; como contraste, otro era un último modelo que permite hacer fotos muy detalladas del espacio. Y todo esto nos lo trajo el mismísimo Miguel de Cervantes, con una trayectoria vital tan compleja —varias veces encarcelado, soldado en Lepanto, escritor genial— como para abarcar tantos campos del saber reflejados en su novela universal, aunque le fuera denegado por dos veces el permiso para viajar a América, donde pretendía seguir ampliando su bagaje cultural.
La XVI Semana de la Ciencia (2024) se completará —además del resto de visitas previstas al Museo de Historia Natural— con el curso «Inteligencia artificial en el aula: innovación para la educación del futuro», que comenzó el pasado 19 de noviembre en el aula de la Universidad del centro Virgen del Carmen.
Cuarta conferencia de la Semana de la Ciencia
Días atrás se celebró la cuarta y última charla de la XVI Semana de la Ciencia, a cargo de Francisca Giménez Casalduero, catedrática de Zoología del Departamento de Ciencias del Mar de la Universidad de Alicante, que abordó las novedades en la enconada lucha por mantener viva a la nacra, un molusco bivalvo endémico del mar Mediterráneo.
La ponente mostró una foto de la laguna de Venecia, con el nivel del agua en descenso, en la que se veían numerosas nacras. Puede resistir un corto tiempo fuera del agua. Es comida tradicional en zonas de Cerdeña, y su biso se usa para tejer diferentes prendas como gorras o guantes. En 1992 fue declarada especie de protección estricta. Después sería declarada vulnerable en el Catálogo Español de Especies Amenazadas y tendría protecciones más específicas. Sus mayores peligros son, entre otros, la degradación de las praderas de Posidonia, la pesca de arrastre ilegal o las obras costeras, además de la extracción furtiva.
Entre las acciones llevadas a cabo por los equipos científicos dedicados a la salvación de la especie, se encuentra un estudio poblacional desde 2016 hasta la actualidad, el rescate de ejemplares en riesgo y el mantenimiento y cría en cautividad. Sin embargo, Francisca Giménez contó que este último método presentaba muchas dificultades. A esto se une que, en los pocos éxitos alcanzados, varios ejemplares jóvenes se han perdido por haber sido robados o destruidos involuntariamente por bañistas. De ahí que una de las propuestas consista en poner vigilancia.