“Me ilusiona ver que a la gente le gusta lo que escribo”

El escritor Alfonso Rebollo, nacido en Molina de Segura (Murcia) y residente en Torrevieja desde hace tres décadas, ha publicado su tercera novela después de ‘Verano del 96’ y ‘Mostar’, las cuales tuvieron una destacada repercusión y prácticamente ambas están agotadas. En ésta ocasión, de la mente de Rebollo ha nacido ‘Lágrimas de sal’, una novela totalmente ambientada en Torrevieja, a donde llega el detective, Javier Santacruz, siguiendo la pista hallada en el escenario de un robo. En apenas una semana, Santacruz es acusado del asesinato de una joven en la playa. También descubre secretos escondidos en el subsuelo de la ciudad, e historias ocultas nunca reveladas por sus habitantes, y que acaecieron a mediados del siglo XX, durante la dictadura franquista. Numeroso público asistió el pasado viernes a la presentación del último libro de su cosecha que tuvo lugar en el salón de juntas del Real Club Náutico. En el acto contó con la intervención del escritor murciano Francisco López Mengual. Esta semana hemos charlado con Alfonso Rebollo, quien nos ha dado su opinión sobre lo que ha supuesto para él este tercer libro publicado.

-VISTA ALEGRE: ¿Qué cuentas en tu novela ‘Lágrimas de sal’?
-ALFONSO REBOLLO: Sobre todo, quiero transmitir a los lectores que con este libro van a conocer Torrevieja, sus historias, leyendas, escenarios y espacios que poca gente conoce. También van a descubrir muchos lugares que les son familiares.
-V.A.: ¿Cómo fue venir a vivir a Torrevieja hace treinta años?
-A.R.: Pues yo vivía en mi pueblo y tenía 20 años, pero no tenía trabajo estable. Entonces conocí a una chica de aquí y, claro, no era cuestión de estar todos los días en la carretera de ida y vuelta. Fue entonces cuando decidí coger el petate y me vine para acá y aquí sigo después de 31 años.
-V.A.: ¿Cómo descubriste tu faceta de escritor?
-A.R.: Eso fue por el 2014. Me abrí una página de red social y desde ahí me puse a seguir a gente de Torrevieja y Molina de Segura. Entre mis contactos estaba un escritor de Molina de Segura, que tenía mucho movimiento. Estuve atento a sus historias y a sus libros. En ese momento, ya le daba vueltas a la cabeza y pensaba que si este escritor que, en realidad, era un mercero de mi pueblo, lo hacía, por qué no iba yo a poder hacerlo también. Aún así, yo no había escrito nunca, salvo las redacciones del colegio o cartas a mi novia, pero me dediqué a leer y aprender de otros escritores.
Así hasta que, en un viaje a Cabo de Gata con mi familia, fue cuando me decidí a escribir mi primer libro.
-V.A.: Con el tiempo, diste lugar a una segunda novela, ‘Mostar’, con la que nos hablas de sus conflictos bélicos y los momentos dramáticos de esta ciudad. ¿Cómo te metiste en ese papel?
-A.R.: Tenía el pensamiento de escribir una segunda novela y ocurrió que, al ser seguidor de Arturo Pérez Reverte, vi que había compartido un artículo suyo de la época en la que fue reportero de guerra. Me quedé admirado de la gran misión que hicieron allí los cascos azules españoles y fue cuando me entró de nuevo el gusanillo. La verdad es que es una historia preciosa a la que se le podía hacer incluso una segunda parte y donde no falta un hermoso romance.
– V.A.: ¿Estos dos primeros libros están agotados?
– A.R.: Pues sí. Del primero, ‘Verano del 96’, le pedí a la editorial que me hiciera unos cuantos más, pero del segundo podemos decir que ya no queda ninguno. No me gusta pasarme en el número de ejemplares, me gusta ir paso a paso. Prefiero que la gente comente mis novelas, pero no que me sobren ejemplares.
– V.A.: Tenías previsto dedicarle una novela a Torrevieja y con ‘Lagrimas de sal’ ha llegado el momento. ¿Cierras un ciclo con ella?
– A. R.: Bueno, no. Lo que empieza ahora es un descanso de un tiempo para oxigenar la mente. Yo por las mañanas tengo que trabajar y también es un sacrificio dedicar todas las tardes a escribir, porque al final no tengo tiempo para otra cosa. Esto no quiere decir que me desconecte del mundillo literario, porque tengo en el pensamiento escribir una cuarta novela, pero más juvenil, dedicada a niños de primaria, adolescentes. Pero eso sí, sin prisas, porque son cuatro años sin parar de escribir.
– V.A.: ¿Qué te aporta la literatura?
– A.R.: Es una ilusión para un escritor tardío como yo. Yo no pensé escribir hasta los cuarenta y tantos y ahora, cuando me siento a escribir, me ilusiona ver que a la gente le gusta lo que escribo. Luego también estoy muy en contacto con las redes sociales y me da alegría comprobar que lo que estás haciendo les gusta a las personas.
– V.A.: ¿Cómo te inspiras para escribir?
-A.R.: Afortunadamente, tengo una gran imaginación y se me ocurren muchas cosas. Yo, cuando me siento a la hora de almorzar en mi trabajo, veo una noticia en el periódico y en ese momento se me ocurre una historia y la cuento. Enseguida monto una historia de diez o veinte frases. Después, cuando veo en el móvil la reacción del público, es cuando más satisfecho estoy.
-V.A.: ¿Cómo es ‘Lágrimas de Sal’?
-A.R.: Es trepidante. Es un libro en el que se da a conocer la Torrevieja de mitad del siglo pasado, aunque se desarrolla durante el reciente año 2017. Es una Torrevieja en la que no había tanto turismo ni tampoco la economía que hay ahora. Antes se basaba en la pesca, las salinas y negocios pequeños.
-V.A.: ¿Algún proyecto a largo plazo?
-A.R.: Bueno, me ronda la idea de una segunda parte de ‘Mostar’ y también de escribir otra novela basada de nuevo en Torrevieja, pero no quiero dar muchas pistas. Es algo que quiero escribir con tranquilidad y usando todo lo que he ido aprendiendo en todo este tiempo.