El IES Mediterráneo de Torrevieja ha desarrollado este curso un aula robotizada gracias a la concesión de un proyecto de innovación educativa por parte de la Conselleria de Educación. El proyecto tiene como objetivo el montaje y la programación de robots y el uso del videojuego como recurso educativo. La profesora María Cos Córcoles lidera este proyecto en el que también participan Andrea Mollà y Sonia García, del departamento de Tecnología. La dotación concedida ha permitido adquirir nuevos ordenadores, kits de robótica y un robot, que ha sido bautizado por los alumnos como ‘Gastón’.
Veinte minutos. Ése es el tiempo que tardaron los alumnos de 2º Bachillerato de Tecnología Industrial del IES Mediterráneo en completar el montaje del robot que lleva por nombre ‘Gastón’ y que ha sido adquirido con este proyecto. Blanka, Cristina, Luis, Anakin y Federico son los cinco alumnos de esta clase que se encargaron de montarlo y programarlo. Para ir empezando, ‘Gastón’ tiene instalado el detector de obstáculos y el sigue líneas. “El montaje ha sido bastante más fácil de lo que creíamos”, apuntó la profesora María Cos Córcoles, que encabeza este proyecto.
El aula robotizada cuenta con 12 ordenadores, un robot y kits de robótica que llegaron hace unas semanas. “Este año hemos montado el aula y hemos adquirido el material. Ahora empezamos a trabajar. Realmente los frutos los veremos el año que viene, que podremos empezar en septiembre”, apuntó Cos. Cada kit lleva distintos sensores -de luz y de humedad-, un joystick, un servomotor, un ventilador, un sensor infrarrojo, un Bluetooth y distintos componentes electrónicos como resistencias y potenciómetros. “Con esto podemos hacer circuitos programados, es decir, para que se encienda una luz en un momento determinado, una bombilla o un timbre”, aseguró Cos, quien puso como ejemplo el sensor que llevan algunos aseos para que se encienda o apague la luz en función de la presencia de personas. También se puede configurar un sensor para que se encienda la luz de casa cuando detecte tu presencia a dos, cuatro, ocho o diez metros, según explicó la profesora Andrea Mollà, otra de las profesoras del departamento de Tecnología que forma parte del proyecto. En cuanto al sensor de temperatura, puede hacer que un ventilador se encienda cuando la temperatura sea superior a 25ºC, por ejemplo. De este modo, los alumnos “le ponen cara a cada sensor” que han estudiado, aseguran las docentes. “Ellos hasta ahora han hecho sus cálculos y han diseñado el circuito, pero no le ponían cara al sensor de luz, de temperatura o de humedad”, añadieron.
Otra de las prácticas de los alumnos es un semáforo con pulsador, que se puede programar para que las bombillas se enciendan con intermitencia e incluso al ritmo de una canción. “Los alumnos se pueden tirar aquí perfectamente cinco o seis horas con esto pensando que están jugando y están aprendiendo”, señaló María Cos. “Hay parte de la sociedad que rechaza el ordenador. No todo lo que implique ordenador es malo. También vamos a aprovecharnos de la parte didáctica que tiene. No solamente son videojuegos como el Fortnite, que hay que saber utilizar bien”, añadió.
Prácticas
Un semáforo, un termómetro con led y una alarma contra incendios. Ésas son algunas de las prácticas que contempla este proyecto y que vienen incluidas en el manual elaborado por las tres profesoras. Los alumnos de 1º y 2º de ESO comienzan a trabajar el lenguaje de programación por bloques con Scratch, que sirve para la creación de videojuegos. Pueden crear, por ejemplo, un videojuego de los mapas de España o de las tablas de multiplicar. “Es una manera de aprender otra asignatura con un ordenador, porque nos estamos dando cuenta de que hay alumnos que no están motivados”, aseguró Cos. Ya en 3º y 4º de ESO empiezan a programar circuitos con prácticas sencillas utilizando programas “muy intuitivos” como Scratch para Arduino y mbloc. Por último, en Bachillerato aplican sus conocimientos programando el robot.
¿Cómo surgió la idea?
“Veíamos que el resto de institutos estaban empezando y estaba funcionando”, aseguró Cos, quien reconoció que “nos teníamos que subir al carro. Eso, o te quedas desfasado”. “Ha costado mucho, porque hemos tenido que formarnos, hacer cursos y estudiar mucho. Y, bueno, estamos empezando. Si nos comparamos con otros institutos, vamos todavía muy atrás”, añadió.
Los alumnos están muy ilusionados. “Es algo innovador porque nunca hemos tenido la oportunidad de hacer un proyecto así. Me parece bien porque así en el futuro me puede ayudar”, nos trasladó una de las alumnas. “Si alguien quiere estudiar robótica o informática en la universidad es un gran avance cursar esta asignatura”, dijo otra alumna. Y es que la ilusión y la motivación son dos aspectos fundamentales que fomentan el aprendizaje.
‘Quiero ser ingeniera’
El IES Mediterráneo está participando en el proyecto piloto ‘Quiero ser ingeniera’ de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Alicante, impulsado por el Ministerio de la Presidencia y el Instituto de la Mujer para revertir el déficit de mujeres profesionales en este sector. “Las empresas llaman a las universidades demandando mujeres ingenieras para puestos de trabajo vacantes y no hay”, explicó la profesora María Cos. Por este motivo el proyecto se enfoca a alumnos de 1º y 2º ESO con el objetivo de enseñarles a qué se dedica un ingeniero. “Está comprobado que un equipo mixto funciona mejor que un equipo solo femenino o solo masculino”, apuntó.