Era día de dejar los instrumentos y el papel pautado en casa y asombrarse, aún más, con la música. Y así fue. Los alumnos del Conservatorio de Música Francisco Casanovas finalizaron el segundo trimestre con unos talleres lúdicos y didácticos organizados por el centro y patrocinados por el Instituto Municipal de Cultura, y en los que tuvieron la oportunidad de conocer la música desde otra perspectiva. Porque los últimos días de clase, antes de vacaciones, son para eso, para disfrutar, compartir y aprender con iniciativas que en el día a día, en el aula, no siempre se pueden hacer.
90 niños de grado elemental conocieron, de la mano del Museo Didáctico e Interactivo de Ciencias de Orihuela, cómo funcionan las ondas sonoras y en dos laboratorios montados para la ocasión, y entre caras de sorpresa y fascinación, vieron las ondas en ordenadores y crearon sus instrumentos con materiales reciclados. Porque la música además de ser arte, constancia y emoción, también es física.
Por su parte, el alumnado de enseñanzas profesionales tuvo la oportunidad de disfrutar de un interesantísimo taller de ópera que impartió la profesora de Análisis, Isabel Ferrer. En él descubrieron, a través de ‘La Traviata’ de Giuseppe Verdi, cómo se realiza el montaje de una ópera en sus distintos aspectos -trabajo orquestal, escenografía, vestuario, dirección artística y musical-.