Volver a empezar

CD TORREVIEJA 0 – 2 FC J. ESPAÑOL DE S. VTE.

Caprichos del calendario han colocado de nuevo al Español como rival ante un punto de inflexión en la trayectoria del Torrevieja. Si en la primera vuelta, aquel espléndido triunfo nos hacía augurar unas brillantes jornadas siguientes —luego nos daríamos de bruces con la realidad que nos esperaba—, en la segunda ha supuesto, aun a falta de sólo cuatro jornadas más —pues en la próxima descansaremos a causa de la exclusión del adversario de turno—, un principio de rodaje. Como si estuviéramos en la pretemporada, en este sobrevenido periodo de pruebas se intentará ensamblar en el esquema a los nuevos jugadores que siguen incorporándose al equipo, de cara al objetivo inminente de completar la liga hasta su última fecha. Este regreso a la «normalidad» de contar con once titulares y un banquillo para hacer cambios ha traído consigo asimismo un encuentro disputado hasta que la hoy ostensible diferencia de nivel lo decantó para los visitantes. Pero no le resultó fácil al favorito, que tuvo que emplearse a fondo, cumplir con lo que estaba obligado a cumplir. Y eso es lo mejor que podemos decir de los nuestros.
Nada podíamos hacer sino oponer resistencia ordenada y disciplinadamente. El equipo sanvicenteño nunca dejó la iniciativa en su cometido de lograr la victoria. Los salineros trataban de realizar cosas imposibles —por razones obvias— en sus anteriores partidos, si bien estaba claro el principal cometido. Pronto empezaría a darnos problemas el flanco izquierdo, muy concurrido por el lateral y el extremo de ese lado. Además, la defensa local adolecía de falta de expedición, sobre todo en los envíos altos, lo que permitía mayores opciones en el área para los atacantes. A los ocho minutos, entre Cristóbal con su salida y Máicol con su desvío, desbaratarían la ocasión de Dani a pase en profundidad de Cobo. Éste sí lograría abrir el marcador cinco minutos después, tras la jugada de Carlos. Los de Ángel López afrontaban en franquía el resto de la contienda, y a partir de entonces su trabajo consistiría en aumentar la diferencia para no pasar más apuros de los comprensibles. Cristóbal desviaría a córner un intencionado lanzamiento de golpe franco directo de Sami (19’). La cuenta de saques de esquina iba aumentando (ocho en el primer periodo), como los barullos cerca de nuestra portería.
Si en defensa el Torrevieja lograba a duras penas mantener el tipo, en ataque estaba teniendo más dificultades para evolucionar. Sin embargo, en el minuto 22, hubo polémica en un intento de centro de Valencia que fue rechazado claramente en el área por el brazo extendido de Sami. El público reclamó un penalti que no se señaló. Sería éste el lance de mayor inquietud para los del Raspeig, al que habría que unir el tiempo en que se mantuvo su mínima ventaja. Hasta el descanso, Cristóbal habría de intervenir tres veces más, deteniendo un disparo de Carlos y dos de Cobo. Pero el marcador, cuando menos, hacía que se mantuviera la esperanza para los blanquiazules. De hecho, en la segunda parte no se mostraría tan incisivo el Español, quizá ya más pendiente de no arriesgar demasiado. Pedreño había reestructurado la colocación de sus hombres, dejando a Lewis en el lateral izquierdo. Los españolistas seguían acosando a balón parado, con golpes francos o saques de banda, y acumulando gente a la caza de un rechazo para conectar el remate certero. Pero el reloj avanzaba y no conseguían materializar el llamado «gol de la tranquilidad».
Por este motivo, los torrevejenses trataron de hacer algo distinto. Fue la fase de mayor igualdad, pues los rojinegros, que todavía no habían resuelto la cuestión, se desenvolvían entonces con la cautela del que sabe que todo se le puede complicar: casos más extraños hemos visto. La animosa afición salinera premiaba con aplausos a sus futbolistas valorando el papel que estaban desempeñando. Se acusó además la lógica falta de acoplamiento en el momento de lanzar algún pase que hubiera dado profundidad. Mientras el 0-1 estuviera en el marcador, nada era definitivo… Pero al final se impuso la solvencia de los aspirantes al ascenso con la precisa acción de Exojo y Adriá. Cumpliendo el pronóstico, ganó el mejor. Si bien esta vez nos queda la satisfacción de haber competido. Paradójicamente, ahora que estamos terminando, parece que estemos volviendo a empezar. En tales circunstancias, tras el paréntesis de la cancelada visita a Calpe, habremos de afrontar este tramo final, contra los otros ponderados competidores por la promoción, que además, defendiendo sus intereses, no pueden desaprovechar ni uno solo de los puntos en juego.