Mi madre, Concepción Ortuño Andréu natural de Torrevieja (Alicante) nació el día 20 de mayo de 1914.
Fue la primera mujer torrevejense en obtener el “Título de Maestra de primera enseñanza” el 1 de noviembre de 1932 a la edad de 19 años, tras haber aprobado las correspondientes oposiciones.
Titulo emitido por El Presidente de la República Española, y en su nombre El Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, dado en Madrid a 1 de Noviembre de 1932.
Una vez obtenida la debida acreditación como Maestra, comenzó su continuo peregrinaje por los distintos centros escolares; provisionalmente comenzó en La Ñora (Murcia), para seguir por escuelas unitarias de aldeas y posteriormente ir accediendo a sucesivos pueblos como era normal para todos los Maestros titulados.
Como mi padre tenía que llevar el mismo camino, sus traslados se veían condicionados por la existencia de plazas vacantes coincidentes, o cercanas.
Así como fueron impartiendo la enseñanza inicialmente mi madre en Los Infiernos y mi padre en San Cayetano, ambas pedanías pertenecientes al municipio de Torre-Pacheco (Murcia), a unos 3 kilómetros de distancia una de otra, lo que favorecía el desplazamiento diario “a patita” de su novio para cortejarla.
Más tarde por Campos del Río, Pliego, Ceutí y finalmente Torrevieja, la gran ilusión de su vida.
Cuando vinimos la familia a vivir a Torrevieja, residíamos inicialmente en la Casa-Escuela de mi madre, que hacía esquina con las calles de Clemente Gosálvez y Caballero de Rodas, teniendo dos puertas de acceso: por el nº 26 de la primera calle se entraba a la vivienda y por la segunda a la Escuela.
De ésta solo tengo el documento gráfico de la siguiente fotografía en la que mi entonces novia (hoy esposa) tuvo que sustituirla momentáneamente, por motivo de que al hallarse indispuesta acudió a la consulta de nuestro cercano médico D. José Giménez.
En ella podrán reconocerse hoy día sus alumnas de aquel año de 1964, así como algunos de los elementos comunes a la usanza en las escuelas.
Habiendo estado interesado por conocer el nombre de la Escuela, el cronista de la ciudad me dijo que aquellas que estaban ubicadas en casas particulares no tenían nombre propio, sino que se las conocía por el de la Maestra que en cada momento las ocupaba, por lo que deduzco que sería denominada en aquella época como la “Escuela de Dª Concha”.
Al construirse las casas para maestros en las Graduadas Virgen del Carmen, de las que mi padre fue Director, habiéndoles concedido una de las viviendas y existiendo una plaza vacante, se trasladaron allí.
Finalmente, y ante la cercanía de su jubilación, tomaron la decisión de trasladarse a Murcia (junto a mí edificio) a unas plazas vacantes en las Graduadas Los Rosales de El Palmar (Murcia), donde estuvieron dando clase hasta el día de su jubilación en el año 1974. De esta forma concluyo el relato de las andanzas de mi madre, que tanto quería a su ciudad y nos manifestaba orgullosa por el hecho de ser la PRIMERA MUJER TORREVEJENSE EN OBTENER LA TITULACIÓN DE “MAESTRA DE ENSEÑANZA PRIMARIA” .