A pesar de que el Torrevieja generó no menos de media docena de oportunidades, el balón no terminó en la portería contraria. La falta de producción goleadora viene acusándose desde hace algunas jornadas. En este partido, aunque a ráfagas, los salineros se hicieron acreedores a una victoria que se resistió por falta de puntería en el remate.
Casi media hora hubo de transcurrir para que anotáramos la primera, un pase cruzado en profundidad de Cristian a Buján, cuyo disparo al primer palo fue rechazado por León. En el segundo saque de esquina consecutivo, Coco centró a la cabeza de Agustín, que pese a su salto en el otro lado, con el portero superado, no consiguió impulsar de cabeza para desviar la pelota a la red. Aún habría otras dos oportunidades antes del descanso, ya sin el máximo realizador, Buján, en el campo. En el 41, un rechazo de puños de Ramón fue recogido, en la posición de lateral izquierdo, por Álex, que sucesivamente se zafó, con fuerza y velocidad, de tres rivales, se plantó en el área y al salirle León trató de superarlo con un lanzamiento cruzado que salió fiera; sin duda, de haber sido distinto el desenlace, lo habríamos recordado como el gol de esta y de muchas temporadas. Al minuto siguiente, ahora desde la derecha, Coco centró de golpe franco para la entrada de cabeza de Fano, cuyo testarazo al otro lado fue rechazado por el guardameta, sin que tampoco acertara Kevin, en el ulterior remate.
En la segunda mitad decreció el ritmo de juego. Los oriolanos amagarían con alguna escaramuza que no llegaría a mayores, bien dominados los centros por Ramón. El conjunto local dispuso de dos nuevas opciones claras, ayudado por el empuje de Álex en la banda. A los 3 minutos, Matías abrió a la izquierda para el citado delantero, que en su arrancada hacia el área volvió a encontrarse con León en su salida, tras el rechazo el propio Álex dejó atrás para la entrada de Agustín, y éste no pudo salvar el obstáculo del defensor que se echó al suelo para cerrarle el ángulo de disparo y desvió el balón a la parte superior del travesaño. Mucho más diluidos los ataques, la última llegó a los 37, con un gran pase largo del debutante Khalili que Agustín no resolvió de primera, con lo que acabó escorado a la derecha y rematando cruzado fuera. De modo que, si no se consigue anotar, el empate a cero es el máximo premio al que se puede aspirar.