Consternación por el inesperado fallecimiento de José Eduardo Gil Rebollo

Fue concejal del Ayuntamiento de Torrevieja entre los años 1991 y 2019 y en la actualidad era el presidente de la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario, patrona de La Mata.

El inesperado adiós del ex concejal y matero de pro, José Eduardo Gil Rebollo, cayó como un jarro de agua fría en la tarde del pasado lunes cuando se confirmaba su fallecimiento como consecuencia de un fulminante infarto, en el momento que se encontraba tranquilamente ordenando velas y maromas a bordo de su “Pulpo Negro” amarrado en el Club Náutico Marina Internacional. Nadie ha quedado indiferente en La Mata y Torrevieja ante este triste suceso que ha truncado antes de hora la vida de esta persona buena, con vocación de servicio y que derrochó energía a lo largo de su vida. Las muestras de condolencia y solidaridad fueron una constante desde que se conoció el hecho luctuoso, tanto en el Tanatorio de Torrevieja, como en el sepelio en la Iglesia Parroquial de la Virgen del Rosario de La Mata. Respetando las normas de la pandemia sanitaria fueron infinidad las personas que quisieron tributar su homenaje a José Eduardo, entre quienes se encontraban el alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón Sánchez y el ex alcalde, Pedro Hernández Mateo. Este último fue quien eligió a Gil Rebollo como alcalde pedáneo de La Mata en el inicio de su primer mandato como primer edil y también junto a él se incorporó como concejal en el año 1991, tras la renuncia del entonces concejal, Ramón Ortega. En ese tiempo Gil Rebollo compaginaba su trabajo de albañil con los hermanos Armando y Manuel Mañogil, con las labores de edil. Ya con el actual alcalde fue concejal tras las elecciones de 2011 y después de unos meses de ausencia en la corporación, en el mandato 2015 – 2019 volvió a acceder aunque como regidor en la oposición tras la renuncia de Joaquín Albaladejo.
En todas las áreas que desempeñó en su acción de gobierno dejó una huella positiva, Policía Local, Aseo Urbano, Medio Ambiente, Pesca, Parques y Jardines, Transporte, Obras y Servicios, Playas, Vía Pública, Mercados o Coordinador de Urbanizaciones.
Precisamente el actual alcalde de Torrevieja reclamó de su acendrada vocación de servicio público para ser funcionario eventual de las delegaciones de Playas, Transportes, Mercados y Consumo, Pesca y Ciclo Integral del Agua, a las órdenes de su sucesor como concejal de La Mata, Antonio Vidal. Un trabajo que le ocupaba actualmente y del que tenía previsto jubilarse en pocos años pues ya contaba con 62. Estos meses de la pandemia han sido de nuevo ocasión para que Gil Rebollo haya sacado a relucir toda su energía y entrega total las 24 horas del día, formando parte de todos los dispositivos que se han impulsado desde el Ayuntamiento, lo mismo que en todos los episodios de emergencia acaecidos en toda su trayectoria.
José Eduardo Gil Rebollo ostentaba actualmente la presidencia de la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario, Patrona de la Mata, iglesia que acogió el martes la misa funeral de corpore insepulto concelebrada por el Párroco de la Virgen del Rosario, Estanislao Trives, los ex párrocos, José Luis Arnal e Isidro Hernández, así como el párroco de la Inmaculada de Torrevieja, Manuel Martínez y el párroco de San Vicente de Orihuela y Canónigo de la S.I.Catedral de Orihuela, José Antonio Moya, amigo personal de la familia. Durante la celebración, con La Mata echa un mar de lágrimas, sonó en el órgano de la parroquia, gracias a la interpretación de la profesora, María Ortigosa, algunas notas del Himno a la Virgen del Rosario y los acordes de la Salve Marinera que despidió al féretro, recubierto por el polo de su “Pulpo Negro”, la bandera del Club Náutico Marina Internacional y acompañado por una fotografía de la tripulación del velero “Maverta”, de la que formaba parte, cuando recibieron de manos de Felipe VI el subcampeonato de la Copa del Rey de Vela 2016. Amigos de todas las épocas estuvieron presentes para recordarle, entre ellos el ex capitán marítimo de Torrevieja, Óscar Villar Serrano, del que se leyeron unos versos que le quiso dedicar con total emoción y sabor marinero. Tres vehículos fúnebres fueron necesarios para trasladar las coronas y ramos de flores recibidos y un cerrado aplauso de todos los asistentes despidió a José Eduardo Gil cuando ya avanzaba por las calles de La Mata para ser inhumado en el Cementerio Municipal que él mismo, como tantas cosas en La Mata, diseñó, frente al Área Recreativa “Lo Albentosa”, uno de sus sueños hechos realidad en pleno cinturón del Parque Natural.
Gil Rebollo había sido galardonado en varias ocasiones con el premio Salmonete por el colectivo de la prensa local, pues su dedicación plena y la atención que prestaba en todas sus ocupaciones también la ejercía con los medios de comunicación. La entrega y la energía en todo lo que hacía han sido rasgos principales de su personalidad. De ahí el cariño que despertaba y que cientos de personas han intentado devolver en estos momentos tan tristes a su esposa, Fina; hijos, Eduardo e Ismael; madre, hijos políticos y nietos, hermanos y familiares, a los que enviamos el más sincero pésame.

Descanse en paz.