Poner la mirada en el niño y en el adolescente, y visibilizar la importancia de la salud mental. Esa es la expectativa de la psicóloga clínica y orientadora educativa, María Gil Huedo, que impartirá unas jornadas de acompañamiento emocional a las familias frente al COVID los días 22 de octubre y 20 de noviembre, organizadas por la Concejalía de Educación. También ofrecerá una formación online para docentes de octubre a diciembre sobre cómo gestionar las emociones en el aula en tiempos de pandemia. María Gil, de 33 años, es Licenciada en Psicología por la Universidad de Murcia y tiene un Máster de Orientación Educativa y otro en Psicología de la práctica Clínica. Además, es miembro acreditado de la Sección de Psicología de la Intervención en Catástrofes y Emergencias del Colegio de Psicólogos de Granada. En su extenso currículum destaca que es fundadora del proyecto de “Educación emocional para jóvenes y familias” en centros de secundaria de la Comunidad Valenciana y Granada. También desarrolla el programa de “Escuela de madres y padres: Hacia el éxito educativo” en centros de la Comunidad Valenciana y distintos distritos de Granada. Asimismo, desarrolla amplios Talleres de Educación Emocional para niños y niñas y formación al profesorado. Y es Codirectora del programa La Akademia Granada, un programada de desarrollo personal y autoconocimiento para jóvenes fundado por Borja Vilaseca.
Vista Alegre: ¿Qué temas se van a abordar en estas jornadas para padres?
María Gil: Las jornadas se van a dividir en dos módulos. En el primero, previsto en octubre, hablaremos sobre qué son las emociones y cómo gestionarlas con los niños y adolescentes. También abordaremos cómo reforzar la autoestima, ya que nuestra seguridad, valores y creencias se han visto rotas en estos meses, y estamos en un periodo de reparación. En el segundo módulo, que será en noviembre, hablaremos sobre el miedo y cómo afrontarlo, cómo manejar el estrés, así como del duelo, la pérdida y de la situación que arrastra la Vega Baja, ya que esta zona empezó con una situación de crisis previa a la pandemia a raíz de la DANA de octubre de 2019. Las secuelas emocionales se hacen más que evidentes. Yo que vivo en Granada y veo en consulta a familias de allí, puedo ver la diferencia. Aquí, en Torrevieja, y la zona, puedo ver un sentimiento de miedo, incertidumbre y tensión mucho más grande.
V.A- ¿Cómo se ha vivido psicológicamente la pandemia?
M.G.- Se ha puesto mucha atención a lo largo de la pandemia en los protocolos de actuación -de higiene, distancia social, mascarilla, etc.- y se ha hablado muy poco sobre la salud mental. No se está hablando lo suficiente de qué sucede a nivel emocional. Sin una salud emocional fuerte, el cuerpo no funciona. Yo ahora estoy viendo las consecuencias. Pienso que es importante crear una red de apoyo, de contacto, donde las familias se sientan acogidas y acompañadas en cuanto a las emociones que están apareciendo a raíz de la pandemia.
V.A.- ¿La preocupación es mayor en los padres o en los hijos?
M.G.- Es mayor en los adultos porque la mirada está puesta en los adultos. La intención de estas charlas es que la mirada se ponga en el niño o en el adolescente. Yo lo que puedo ver es que los padres estamos sobreinformados, tenemos más conocimiento y, por tanto, más miedo. Y luego la realidad cuando me encuentro con los niños y adolescentes es que están tranquilos, felices. Sí es verdad que sienten miedo y tristeza, pero una vez que lo pueden hablar y jugar con esas emociones pasan página, no se quedan atascados, sin embargo, los adultos sí.
V.A.- ¿Qué miedos han surgido?
M.G.- El miedo principal que me he encontrado, aparte del contagio, de estar enfermo o de estar en aislamiento, es a la muerte. Tanto los niños de 4 años como los adolescentes dicen que no quieren morir ni que sus abuelos mueran. Temen no poder despedirse, no poder ir a clase y tener que volver a quedarse en casa. Hay mucho estado de negación, que es un periodo principal del duelo cuando la persona se resiste a aceptar lo que está sucediendo.
V.A.- ¿Qué estrategias y herramientas aportarás a los padres?
M.G.- Vamos a aprender cómo hablar con los hijos y cómo escucharles, algo fundamental. A conectar con el cuerpo, con las emociones. Estamos muy preocupados por qué hacer en casa, y estas charlas van más en la línea del dejar de hacer para escuchar, parar y aprender a estar presentes para los hijos. Aprenderemos a cómo no minimizar esas emociones sino validarlas y aceptarlas para que el niño o adolescente lo integre en su cuerpo. También a cómo poner espacios en casa para descargar emociones como, por ejemplo, la rabia, el enfado o la tristeza, y a cómo gestionar dentro de la familia, el hacer equipo. Además, informaré sobre libros y vídeos que les pueden ayudar con todos estos temas. Serán jornadas muy participativas y vivenciales.
V.A.- También realizarás formación para profesores, ¿qué papel tienen en este tiempo de crisis sanitaria?
M.G.- Hay que ayudarles también porque están actuando como maestros, como sanitarios y también como terapeutas. No podemos olvidarnos de que la primera asistencia emocional que tienen los niños es en el colegio e instituto. Se trata de darles herramientas y que se sientan seguros de cómo comunicar, por ejemplo, una mala noticia. Daremos unas nociones básicas de cómo comunicar un caso de COVID, cómo hacer una buena ventilación emocional -que es abrir el cuerpo a las emociones, algo fundamental en crisis y emergencias- y cómo gestionar los límites y pautas de actuación en estos momentos de crisis.