La Iglesia Inmaculada acogió el concierto final del I Ciclo de Música con Órgano con artistas de alta calidad

Antoni Jakubowski – Crítico musical

El último de los cuatro conciertos del “I Ciclo de música con órgano” en la iglesia Inmaculada, fue dedicado precisamente a la interpretación de unas partes de las obras instrumentales que pertenecen a este género, aunque algunas piezas, ya por haber sido ejecutadas en la iglesia, podríamos considerar y nombrar como “Sonata da Chiesa”… Con la participación de tres conocidos artistas; Miguel Muñiz – violín, Laura Giménez – cello y Jorge Carrasco – órgano, el público presente pudo apreciar el arte interpretativo de los solistas y cameralistas a la vez.

 Sonata da Chiesa es una obra, donde el violín realiza un papel de solista, acompañado de un instrumento apto para crear una base de armonía. El violinista Miguel Muñiz abrió la velada, al ofrecer la interpretación de la “Sonata a 2” de G.P. Cima (1570 – 1630), para luego deslumbrar con sus recursos técnicos cómo también con los timbres lúcidos de su violín, entregando ejecuciones extraordinarias de la obra de D. Castello (1590 -1630) con el acompañamiento de Jorge Carrasco al órgano.

La intervención de la chelista Laura Gimenez con J. Carrasco fue mimada con una sonoridad muy hermosa y equilibrada durante la ejecución de la Sonata en la menor de A. Vivaldi (1678 – 1741). En el “Dueto I” de J. Reicha (1770 – 1836) para violín y cello, tanto Muñiz como Giménez demostraron una solidez y fiabilidad en una hábil comunicación con el contenido musical, todo en el estilo clásico – mozartiano. Hay que mencionar también las fabulosas intervenciones de M. Muñiz con “Grave” para violín solo de J.S. Bach (1685 – 1750) y la de L. Giménez con el “Preludio-Fantasía” de G. Cassadó (1897 – 1966) para violoncello solo, donde los dos mostraron excelentes cualidades sonoras de sus instrumentos, gran musicalidad, elegancia y sensibilidad.

A parte de un fabuloso acompañante, el organista Jorge Carrasco se desempeñó durante la velada también como solista con una obra de P. Bruna (1611- 1676) – un compositor español llamado “Ciego de Daroca”. “Tiento del segundo tono” — pieza escrita en forma de variaciones sobre el tema de “Letanía de la Virgen” que impresionó por un interesante, gradual crescendo a lo largo de duración de la pieza. También en el Preludio y Fuga en si – menor de J.S. Bach, J. Carrasco demostró que no solo es un excelente instrumentista de gran preparación técnica, sino también posee una enorme intuición en cuanto a la calidad y colorido de la sonoridad del órgano, aunque, tal vez el órgano cómo acompañante a las cuerdas, según mi gusto, sonó momentáneamente muy dominante. Cómo “guinda del pastel” escuchamos la conocidísima “Aria” de J.S. Bach.

Los tres artistas se distinguieron con un extraordinario sentido de la importancia relativa a la conducción y correlación de los pensamientos musicales. Las ejecuciones de Miguel Muñiz, Laura Giménez y Jorge Carrasco debemos considerarlas como realmente memorables, las que resaltan con los deslumbrantes e impecables sonidos del violín, cello y órgano.  ¡Enhorabuena!

 El párroco, Manuel Martínez, destacó en una intervención final la calidad del ciclo que ha organizado la parroquia, agradeciendo la colaboración del Instituto Municipal de Cultura y felicitó particularmente como director del ciclo a Jorge Carrasco.