La actual situación de la pandemia alteró en gran medida el pasado martes la habitual celebración de la Candelaria, aunque se consiguió no suspender. La Asociación Hijos de la Inmaculada siempre se vuelca con la presentación de niños ante la imagen de la patrona de la ciudad, La Purísima Concepción, y este año también lo hizo, pero con todas las medidas de prevención.
Aunque no fueron muchos los asistentes se realizó una celebración propia, al margen de la misa vespertina, a cargo del párroco Manuel Martínez Rocamora y en el altar mayor los propios padres o familiares fueron quienes presentaron a los pequeños ante La Purísima que, permaneció en el lugar provisional de honor que ocupa en el altar mayor de su templo desde hace unos meses, con motivo de las obras de accesibilidad de su camarín.