El manto blanco de la flor de sal

Dicho fenómeno más normal en época estival que es cuando más se ha evaporado el agua y más concentración hay de sal que cristaliza.

Destaca por su valor gastronómico, de hecho, es llamada por muchos la sal «gourmet» por excelencia.

No es algo que ocurra de forma habitual, ni mucho menos en la época en la que nos encontramos, pues es más de épocas estivales, pero el fenómeno de la flor de Sal ha dejado durante el pasado fin de semana una bella estampa en un entorno tan idílico como es la laguna de Torrevieja. En concreto en la parte este de la Laguna, así nos lo ha hecho saber Ana Meléndez que tras uno de sus habituales paseos observó esta fenómeno y así lo publicó en la página de Facebook Lagunas de Torrevieja y La Mata Voluntarios donde diariamente se sube información acerca de dicho entorno como patrimonio natural y cultural.  El fenómeno llamado flor de sal es una capa delgada de sal que se forma en la superficie del agua de mar de las eras de cristalización de las salinas marítimas. Se produce a la caída del sol, por contraste térmico, debido al enfriamiento de la salmuera que reduce su solubilidad y propicia la precipitación (cristalización) masiva de pequeños cristales de sal que, debido a la densidad de la salmuera quedan en superficie formando una especie de telo. Los cristales crecen lateralmente formando copos más grandes, que se recogen antes de que terminen por caer al fondo. En este caso la capa flotante de sal cristalizada ha sido empujada por el viento hasta la orilla antes de precipitarse al fondo. Dicho fenómeno, es muy complejo debido a que se tienen que dar varios factores. La velocidad de evaporación es un factor determinante en el proceso de cristalización de la sal, junto con la combinación de otros tres: velocidad del viento, humedad y temperatura (tanto del viento como del líquido que se evapora). Es conveniente destacar el valor gastronómico de esta sal, también llamada por muchos la sal «gourmet» por excelencia. Para recoger dicha sal se realiza mediante técnicas muy tradicionales y de forma artesanal sobre todo en climas cálidos del suroeste de Europa, principalmente en el Atlántico y en el Mediterráneo. Su cosecha es muy delicada y se hace manualmente con ayuda de unas pértigas provistas de una fina malla, según el método tradicional de los marnotos portugueses o los paludiers franceses.

Históricamente la producción de flor de sal se recuperó hace aproximadamente unos 30 años. Actualmente se produce en Francia, España, Portugal, México y Chile. Desde las últimas décadas del siglo XX, la flor de sal se ha convertido en un producto de alto valor gastronómico y con una demanda cada vez más creciente en el mercado de los productos artesanales, ecológicos y saludables. En Torrevieja la forma de extraer la sal es diferente a otras zonas, como en San Pedro por ejemplo. Aquí se espera a que la sal cristalice y se vaya al fondo, donde se acumula para ser recogida por la máquina flotante extractora, a diferencia de las salinas marítimas convencionales, donde la sal se recoge en seco después de la evaporación del agua.

El lugar en el que se da, también es clave para explicar un poco dicho acontecimiento, sin meternos demasiado en tecnicismos ni nada de ello. Las lagunas de la Mata y Torrevieja están compuestas por dos lagunas separadas entre sí por un anticlinal llamado «El Chaparral». Un canal une ambas depresiones que, además, están comunicadas de forma artificial con el mar por medio de otros dos canales conocidos como Acequiones, conformando así dicha explotación salinera.

Lo excepcional de este hecho, es que suele darse más en verano que es cuando más ha evaporado el agua y más concentración hay de sal que cristaliza y por lo tanto es más normal encontrar una costra de sal por la orilla. Pero en este caso, lo llamativo no es que fuera una costra sino que era una especie de escamas o cristalitos llamados flor de sal estaba amontonada en las orillas.