El encuentro en el interior de la Iglesia de la Inmaculada puso el broche final a la Semana Santa

Las pocas celebraciones de la Semana Santa torrevejense concluían en la noche del pasado domingo, con el concierto organizado por la Junta Mayor de Cofradías para conmemorar la Resurrección de Jesucristo a cargo del grupo intermezzo Vocale y una excelente selección de voces solistas que tuvo lugar en la Iglesia de la Inmaculada. También en el interior de este templo tuvo lugar por la mañana la singular celebración del Encuentro de Resurrección que de forma casi estática organizó la Asociación Hijos de la Inmaculada. Un acto que estuvo cargado de emotividad y simbolismo y que supuso el broche final a las celebraciones de la Semana Santa torrevejense.  

Gran emoción cuando Maribel Vallejos retiró la mantilla a La Purísima 

Uno de los momentos más destacados se producía a primeras horas de este pasado Domingo de Resurrección cuando en el interior de la Iglesia de la Inmaculada se realizaba, por primera vez de forma casi estática, el Santo Encuentro y la retirada de la mantilla de luto que cubría el rostro de la patrona de la ciudad, La Purísima Concepción. Todo ello guardando escrupulosamente todas las medidas de seguridad y prevención de la pandemia de la Covid-19. La Asociación Hijos de la Inmaculada fue la organizadora de este señalado momento que rescató el tradicional encuentro que cada año se realiza en el cruce de las calles Concepción y Fotógrafos Darblade. Toda una figura de la cultura y de la música local, Maribel Vallejos Planelles, fue la encargada de retirar la mantilla del rostro de La Purísima justo cuando frente a la virgen fue situado el Santísimo Sacramento portado por el párroco, Manuel Martínez. El momento revistió una gran emotividad justo cuando también sonaron en el órgano los acordes del himno nacional de España, instantes después de que la mantilla negra cayera a los pies de la Purísima de manos de Maribel Vallejos que, acompañada por el presidente de Hijos de la Inmaculada, Antonio Aniorte y a sus 90 años de edad, cumplió con este gesto, entre otras cosas por su entrega durante toda su vida a solemnizar los cultos del templo de la Inmaculada y por ser la vecina más antigua de la patrona de Torrevieja.

Excepcionales conciertos con el “Stabat Mater” de Pergolesi y “Gloria” de Vivaldi 

Por la tarde del Domingo de Resurrección la Junta Mayor de Cofradías organizó un extraordinario concierto con la dirección de Jorge Carrasco Juárez para interpretar el «Gloria» de Antonio Vivaldi.

También el Viernes Santo la Junta Mayor de Cofradías organizó un solemne concierto con la interpretación del «Stabat Mater» de Giovanni Battista Pergolesi.

En este concierto se contó con la participación de las imágenes de Nuestra Señora de los Dolores y de Nuestro Padre Jesús Yacente que fueron trasladadas hasta el altar mayor del templo por miembros de sus cofradías, así como también formaron parte de este cortejo cofrades de La Convocatoria.

De ambos conciertos ofrecemos a continuación la crítica de Antoni Jakubowski.

Otro de los actos destacados fue el organizado por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Yacente – Santo Sepulcro en la mañana del Sábado Santo. Fue el ejercicio de las Cinco Llagas que estuvo revestido de sencillez y solemnidad, con la intervención musical de Aurelio Martínez.

Emotiva visita a Jesús de la caída

Otra de las estampas emotivas de la pasada Semana Santa se producía en la mañana del Viernes Santo, cuando la Junta Directiva de la Cofradía Nuestro Padre de Jesús de la Caída, presidida por Rosario Chazarra García, realizó una ofrenda floral ante el paso titular ya que Jesús de la Caída es una de las pocas que no recibe culto público durante la Semana Santa, al no celebrarse las procesiones. Tras la ofrenda se rezó una oración y se veneró la imagen. A este entrañable acto también asistió una representación de la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Torrevieja, Hermanos Mayores, Capataces y cofrades de esta entrañable y significativa agrupación para los desfiles torrevejenses.

Antoni Jakubowski – Crítico musical

“Stabat Mater” de G.B. Pergolesi cómo experiencia espiritual del Viernes Santo.

La secuencia del siglo XIII que describe el sufrimiento de la Virgen María durante la pasión de Jesucristo, se convirtió en una de las temáticas más recurrentes. A través de los sonidos y la armonía, los compositores de todas las épocas y estilos, han buscado las texturas sonoras, que podrían identificarse con la Madre Dolorosa, la que al pie de la cruz, presencia la muerte del Hijo. “Stabat Mater”, la última y, sin duda, la obra más destacada de G.B. Pergolesi (1710 – 1736), composición conmovedora y llena de patetismo, fue presentada el Viernes Santo, en la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Torrevieja por un conjunto de 2 solistas cantantes y cinco instrumentistas bajo la dirección de Jorge Carrasco, provocando un ambiente realmente excepcional. Fueron muchas las virtudes que atravesaron la ejecución de los artistas. Una cuidada y marcada alternancia de los cambios de tempo, una articulación homogénea y una energía emocionante que recorrió la ejecución del principio al fin.

 Por supuesto el papel principal de la obra lo desempeñan cantantes solistas, encargados de ponerle voz al lamento de la Virgen. Las dos se defendieron con soltura, mostrando una excelente simbiosis con los músicos del cuarteto de cuerdas y órgano. La soprano Concepción Pérez – Boj y la mezzosoprano Carmen Lázaro estuvieron a unos niveles muy altos, ágiles en los pasajes más luminosos y extremadamente dolientes en otros. Una sonoridad realmente convincente fue el dúo “Fac, ut ardeat cor meum”, donde las dos cantantes se complementaron mutuamente. Las partes más preciosas del diálogo entre las cantantes han sido interpretadas con ánimo, cómo sí anunciaran la pronta Resurrección. Durante la ejecución de la obra de Pergolesi, tanto C. Pérez – Boj cómo C. Lázaro, sin duda, generaron muchas emociones positivas, por lo que merecen un verdadero elogio.

 Los ejecutantes del cuarteto de cuerdas “Ensamble Nerium”; Miguel Muñoz y Pedro Rebollo – violines, Alicia Calabuig – viola y Laura Giménez – cello, emitieron sonoridades nobles con unas texturas de la constante fascinación armónica. Durante la ejecución, se pudo notar un gran cuidado en la obtención de una sonoridad adecuada, sencilia y sin exagerada exaltación, pero …momentáneamente muy discreta en relación con el órgano.

El organista y director artístico del concierto – Jorge Carrasco, quien interpretó la parte de “bajo continuo”, sin duda, contribuyó al gran éxito de la ejecución del “Stabat Mater”. Al mostrar de manera admirable la viveza rítmica, armónica en la solemnidad de los acordes, integró bien el sonido del órgano con las solistas. El maestro J. Carrasco supo realizar el trabajo de análisis y estructura de la obra, por lo que fuimos testigos de una versión artística minuciosamente trabajada y presentada. Enhorabuena.

“Gloria” de A. Vivaldi deleitó a los espectadores  

 “Gloria” de Antonio Vivaldi (1678 – 1741) pertenece a las obras que siempre causan gran impresión a los oyentes por su madurez, profundidad y también por la extraordinaria belleza y encanto. Maravillosas, muy soleadas líneas melódicas y tempos distintivos, caracterizan todo el trabajo de Vivaldi, dándole un matiz universal. Sin duda “Gloria”, al igual que “Las Cuatro Estaciones” puede considerarse entre las composiciones vivaldianas más ejecutadas mundialmente.   Los aficionados de la música clásica reunidos en la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Torrevieja tuvieron la oportunidad de presenciar “Gloria” de A. Vivaldi en las condiciones mencionadas, gracias a unos cantantes solistas, un coro de cámara y el órgano, bajo la dirección artística de Jorge Carrasco.

 Las dos sopranos; Nuria Maddaloni y Concepción Pérez -Boj hicieron gala de una buena proyección, ductilidad, así como de un color vocal cálido en todos los registros. Destacables también fueron las intervenciones de la mezzosoprano Susana Torregrosa y del contratenor Jesús García – con los cantos muy finos y precisos. Los cuatro cantantes solistas mostraron un buen hacer vocal, con timbres de amplia musicalidad y adecuada sutileza estilística, típica para la época barroca.

El grupo coral “Intermezzo Vocale”, a pesar de una composición personal de cámara, fue capaz de impresionar con una sonoridad sólida, compacta y firme. Desde la primera intervención (Gloria in excelsis Deo) hasta la última (“Cum Sancto Spiritu), los coristas manifestaron unas profesionales cualidades vocales de buena entonación y sonido uniforme, lo cual no es fácil de lograr, teniendo en cuenta que estamos ante una formación pequeña y formada por individualistas.

 Por supuesto hay que mencionar la compleja labor hecha por el organista y director musical del evento – Jorge Carrasco Juárez, quien actuando cómo organista, brilló cómo hombre-orquesta, exhibiendo una vez más su inteligencia y su intuición musical, casi siempre tratando de quedar cómo acompañante en el segundo plano de la ejecución. Del papel sumamente difícil, J. Carrasco salió de manera excelente, confirmando que es realmente un fabuloso músico.