La magistrada torrevejense Encarnación Lorenzo formará parte de la sala de lo social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña

La torrevejense Encarnación Lorenzo Hernández, a partir del próximo mes de septiembre pasará a formar parte de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, tras haber superado las oposiciones de MAGISTRADA ESPECIALISTA.
Tras ello sigue la fase de elección de plazas, habiendo optado por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, a donde se incorporará en septiembre, plazas gestionadas por el Consejo General del Poder Judicial, como Magistrada Especialista.
Licenciada en Derecho, Filosofía y Antropología Social y Cultural, Juez de Menores y Magistrada Especialista en el Orden Social. Encarnación tiene un brillante currículum, que junto a su afición al estudio la han hecho merecedora de ocupar este cargo que por oposición se ha ganado a pulso.

Encarnación Lorenzo Hernández, es nacida en Torrevieja en 1964, de padres torrevejenses aúna sus raíces en el barrio de la “Punta” y en el del “Sequión”.
Cursó estudios primarios en el Colegio de la Inmaculada Concepción en la década de los setenta, con recuerdos extraordinarios de dicha etapa.
En un colegio público de un pueblo todavía entonces pequeño, los profesores ponían un empeño extraordinario y hasta utilizaban medios que aún hoy parecen punteros.
No se le olvidan las clases de Ciencias Naturales de D. Tomás Viuda explicando la estructura de la célula o la anatomía humana con la ayuda de un proyector.
Le parece todo un lujo y se siente muy orgullosa de ese excelente sistema educativo al alcance de todos, sin distinción de los recursos económicos de cada familia, y agradecida a aquellos excelentes maestros, sin mencionar nombres porque le parece injusto singularizar lo que fue una tarea pedagógica colectiva y, además, siempre se corre el riesgo de olvidar a alguien fundamental, porque lo maestros y profesores magníficos no solo eran los suyos sino también los de sus hermanos.
Las mismas reflexiones acerca de la excelencia académica cabe hacer respecto del INSTITUTO, con mayúsculas, de Torrevieja. Un magnífico plantel de profesores a los que recuerda con muchísimo cariño y admiración y a los que verdaderamente le alegra encontrar por las calles de Torrevieja o en Alicante, donde actualmente reside. Aquel mágico Instituto fue para ella una experiencia tan fabulosa que todas las materias de Humanidades le gustaban para desarrollar estudios universitarios. De ahí probablemente viene lo que luego se cita. Con el corazón un poco dividido, al final me decidí por Derecho, porque tenía un gran número de salidas. Se matriculó en la Facultad de Murcia, que era muy prestigiosa y, desde luego, la fama no era inmerecida: el nivel era superlativo.
Es una auténtica maravilla que sean los catedráticos los que impartan las clases magistrales, y el claustro renacentista arropaba con su belleza aquel caudal de ciencia jurídica. También era una universidad pública, al alcance de todos los bolsillos. Se licenció en 1987 y decidió preparar oposiciones a judicatura y fiscalía y obtuvo plaza en ambas en 1990. Por la mayor afinidad con sus ideales acerca de la justicia, especialmente la imparcialidad, ingresó por la carrera judicial en 1991 aunque, en 1993, para conservar la plaza, también lo hizo en la fiscal, en la que se encuentra en excedencia.
Ejerció como Juez de Primera Instancia e Instrucción en Benidorm desde 1991. En 1994, año en que ascendió a la categoría de magistrada, fue destinada al Juzgado de lo Social en Jaén.
Ello supuso que tuviese que ocuparse de una materia altamente especializada, como es la que se refiere a las relaciones laborales de todo tipo entre empresas y trabajadores y el ámbito de la Seguridad Social. Le gustó la agilidad del sistema, con juicios a muy breve plazo y con unas garantías de pago en caso de insolvencia que para ella representaban un elevado estándar de calidad judicial. Por ese motivo en sus siguientes destinos optó por seguir ocupando plaza en el orden social: en Barcelona hasta el 2000 y desde entonces en Alicante. Hace seis años decidió emprender una nueva experiencia profesional, esta vez como Juez de Menores, también en Alicante, que le ha permitido conocer un sistema de instrucción por parte de Fiscalía que los proyectos legislativos en curso pretenden generalizar. Pero sobre todo la experiencia le ha permitido sensibilizarme al problema de la delincuencia juvenil y los medidos más adecuados para darle una respuesta reeducativa, que no tiene que ver con la justicia de mayores porque los chicos son todavía proyectos de persona y “hay que ayudar al arbolito a que se enderece”. Para ella, es una gran satisfacción profesional cuando se consigue. Sin embargo, ha seguido “enamorada” de la materia social, que es variadísima y de una grandísima complejidad, así que decidió preparar una oposición interna, a la que solo tienen acceso quienes ya son miembros de las carreras judicial y fiscal, para obtener plaza de magistrada especialista en el orden social. Actualmente existen tres especialidades, la contencioso- administrativo, la mercantil y la social, y dan acceso a plazas especiales en los Tribunales Superiores de Justicia y en el Tribunal Supremo, ya que una de cada cuatro vacantes en los mismos debe cubrirse por magistrados especialistas. Las oposiciones se convocan a nivel nacional aproximadamente cada dos años y gestiona las mismas el Consejo General del Poder Judicial, rigiéndose por los principios de igualdad, mérito y capacidad.
En 2020, esta vez después de tres años debido a la pandemia, se convocaron siete plazas. El tribunal estaba compuesto por diez miembros, presididos por la Excma. Sra. Doña Concepción Rosario García Ureste, magistrada especialista de la Sala Social del Tribunal Supremo, siendo vocales dos magistradas de Tribunal Superior de Justicia, un Fiscal de Sala del Tribunal Supremo, una catedrática de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, una Profesora titular de Derecho del Trabajo, una abogada, un Abogado del Estado, un Letrado de la Administración de Justicia que sirve en el Tribunal Supremo y, como Vocal-secretaria, una magistrada que es Letrada del Consejo General del Poder Judicial.
La oposición se compone de dos partes, un ejercicio oral a desarrollar ante el tribunal y, una vez superada esa prueba, un ejercicio práctico. De la extraordinaria dificultad de esas pruebas es índice que, de los diez aprobados del primer ejercicio, solo cinco consiguieron superar el segundo, quedando dos plazas desiertas. Una vez hecho ello, a lo largo del pasado mes de mayo también tuvieron que realizar en Madrid un curso puente teórico-práctico intensivo, dirigido por una Magistrada especialista de la Sala Social del Tribunal Supremo, la Excma. Sra. Dª. Rosa María Virolés Piñol, durante el cual han completado la formación recibiendo clases de los magistrados y magistradas de la Sala Social del Tribunal Supremo y también han seguido sesiones de formación y prácticas en la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en el Tribunal Constitucional, en la Fiscalía General del Estado, el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), el INSS … Tras ello sigue la fase de elección de plazas, habiendo optado por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, a donde se incorporará en septiembre.
En todos estos años, a pesar de tener muchísimo trabajo, marido y dos hijos, se las ha arreglado para sacar tiempo de debajo de las piedras, para ampliar su formación humanística, porque para ella es muy importante no centrarse en un solo ámbito intelectual. Es Licenciada en Filosofía y en Antropología Social y Cultural por la UNED, y este mismo año ha terminado el Grado de Estudios Ingleses. Tengo que decir que en esos estudios de Antropología y en la antigua Filología Inglesa ha contado con la complicidad (o sororidad, si se quiere) de una torrevejense admirable, Mari Ángeles Boix Ballester, profesora de Filosofía en Orihuela. Las dos van dando los mismos pasos y todavía aspiran a estudiar nuevas materias que amplíen sus horizontes mentales.