“De todos los profesores por los que he pasado he sacado grandes enseñanzas”
Con tan solo 36 años el tenor torrevejense Alberto Ballesta Giménez acumula un extenso currículum de formación, premios y papeles en los géneros de ópera, zarzuela y oratorio. Comenzó sus estudios de canto, piano, lenguaje musical, armonía y teatro en Torrevieja. Después estudió el Grado Profesional de Canto en el Conservatorio Profesional de Ontinyent, obteniendo las máximas calificaciones y el premio extraordinario final de grado. Además, es graduado superior en canto por el Conservatorio Superior de Música de Valencia “Joaquín Rodrigo” y cursó un Máster de Interpretación Operística. Actualmente se perfecciona con el prestigioso tenor rossiniano Raúl Giménez. Ha recibido clases de artistas de la talla de Rockwell Blake, Carlos Chausson, Alberto Zedda o Fiorenza Cedolins. Entre sus premios destaca al mejor intérprete de autor valenciano en el III Concurso Internacional de Canto Martín i Soler (2019) y el premio del Concurso Mirna Lacambra (2019). Este año ha participado en la gala inaugural del I Barcelona Rossini Opera Festival y en el concierto Rossini & Co. de la Belcanto Akademie del Festival Rossini in Wildbad. Durante varios veranos participó en el Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía de Torrevieja con la Orquesta Sinfónica de Torrevieja. Alberto, que vive en Valencia, vuelve a Torrevieja siempre que puede para visitar a su familia.
Vista Alegre: ¿De dónde viene tu afición al canto? ¿Siempre lo tuviste claro?
Alberto Ballesta: No, no siempre. Estudié Biología en la Universidad de Alicante, pero me lo acabé dejando porque me encantaba la música clásica. Empecé con el metal sinfónico. Tuve un grupo con mis compañeros de clase del instituto, tocábamos en un garaje, y a raíz de querer mejorar vocalmente empecé a dar clases particulares de canto y ahí empecé a descubrir la ópera y la música clásica. Al final me encantó y acabé dejando el metal y estudiando eso. Tenía unos 20 años; empecé un poco tarde aunque los chicos empiezan más tarde por el cambio de voz.
V.A.- ¿Qué proyectos tienes?
A.B.- Ahora estoy preparando audiciones y concursos como solista. Digamos que son las entrevistas de trabajo para los cantantes. Tengo un concierto de zarzuela y otro de música barroca en octubre. También tengo un grupo que se llama Quattrocento, de cuatro cantantes, y estamos preparando nuestro primer disco, que saldrá a finales de septiembre. Estamos grabando algunas canciones que nos faltan y también ensayando.
V.A.- Cuéntanos más sobre tu disco y tu grupo.
A.B.- Es un cuarteto vocal; somos tres tenores y un barítono. Es un disco fusión de música pop, rock, actual y canciones clásicas adaptadas al estilo lírico. Está trabajando gente muy interesante, grandes músicos y creo que va a quedar bastante original y bonito.
V.A.- Te estás perfeccionando con un grande como es Raúl Giménez…
A.B.- Es mi maestro desde hace más o menos un año. Ha sido un tenor rossiniano, uno de los mejores del siglo XX. Él ya está retirado, vive en Barcelona y ha tenido una carrera espectacular. Ha cantado en los mejores teatros del mundo -como el Metropolitan de Nueva York o la Scala de Milán- y ha hecho todos los papeles que yo he hecho y que tengo que hacer en un futuro en los mejores teatros, con los mejores cantantes y con los mejores directores. Es un grandísimo sabio del canto y de la música. Es un profesor muy top y una gran persona. Encontrarlo ha sido una bendición porque me ha cambiado muchísimo y me está resolviendo muchos problemas técnicos que llevaba tiempo arrastrando. Ha sido un descubrimiento fantástico para mí; le estoy muy agradecido.
V.A.- En 2019 obtuviste el premio al mejor intérprete de autor valenciano en el III Concurso Internacional de Canto Martín i Soler, ¿cómo te sentiste?
A.B.- Muy agradecido. Fue un concurso de Polinyà de Xúquer (Valencia). Canté una obra del propio Martín i Soler, que es un compositor bastante olvidado valenciano de la época de Mozart. En su época en Viena era igual de famoso que Mozart, lo que pasa que ha caído en el olvido y a Mozart se le ha seguido recordando. Ahora se está empezando a recuperar bastante de su obra. Para el concurso elegí un aria suya y tuve la suerte de ganar ese premio, y me sentí muy feliz, claro.
V.A.- Este año has participado en el I Barcelona Rossini Opera Festival, ¿cómo ha sido tu experiencia?
A.B.- Ha sido un orgullo tremendo. Hay dos festivales Rossini en el mundo: el de Pésaro y el de Wildbad. Y este año, por primera vez, se ha hecho el de Barcelona y han estado cantantes de primer nivel. Para mí ha sido una suerte participar en la gala inaugural con cantantes como Carlos Chausson o el propio Raúl Giménez. Luego aparte participé en la ópera L’occasione fa il ladro, de Rossini, en el papel de Conte Alberto. Fue un mes y medio de trabajo muy intenso, pero muy bonito. Creo que gustó mucho. Un lujo poder participar ahí.
V.A.- Has interpretado a numerosos personajes, ¿con cuál te quedas?
A.B.- Ahora mismo mis personajes favoritos son el Conte d’Almaviva en El barbero de Sevilla y Don Ramiro en La Cenicienta, ambos de Rossini. El barbero de Sevilla porque es una música deliciosa y para ser un papel de tenor, que suelen ser más serios, es bastante divertido a nivel escénico. Es un personaje que se disfraza, se cuela en una casa… El príncipe Ramiro es un papel muy bonito porque Rossini escribe para él una música muy bonita. Es un papel muy diferente del otro; es más noble y tímido. También tiene mucho interés interpretarlo.
V.A.- Artistas muy prestigiosos te han dado clase, ¿cómo ha sido?
A.B.- Muy gratificante. De todos los profesores por los que he pasado he sacado grandes enseñanzas. Me acuerdo de un curso que hice con Rockwell Blake en Italia, que fue uno de los mejores cantantes rossinianos del siglo XX junto con Raúl Giménez y otros. Poder aprender de ellos es un lujo inmenso porque son sabiduría en estado puro, son gente que ha hecho lo que tú estás haciendo y quieres hacer en los mejores sitios y al mejor nivel. Es intentar captar todo lo que puedas. Me llevo una libreta para tomar apuntes y siempre grabo mis clases. He tenido también grandes profesores como Carlos Chausson y Fiorenza Cedolins que me han aportado muchas cosas.
V.A.- ¿Tienes algún ritual para concentrarte antes de salir al escenario?
A.B.- No soy muy maniático. A diferencia de otros cantantes, que necesitan como un tiempo de estar solos para concentrarse, yo necesito estar un poco de broma con los compañeros para soltar el nervio. Necesito estar hablando con otros, bromeando y riéndome; me distrae un poco de la seriedad del momento que va a venir.