Marco Antonio Torres Mazón
Hay momentos en los que se acumulan los obituarios como las hojas que caen del árbol en el otoño. La pasada semana, por ejemplo, nos dejaron el director de cine Mario Camus, los escritores Aquilino Duque y Antonio Martínez Sarrión y la actriz de Hollywood Jane Powell. Todos ellos merecerían, al menos, unas palabras de despedida. Camus supo plasmar en imágenes algunos de los textos más importantes de nuestra literatura más reciente y Aquilino Duque escribió algunos de los libros más a contracorriente de nuestras letras actuales. De Antonio Martínez Sarrión conservo el recuerdo de su voz ronca en los debates del programa que dirigía y presentaba José Luís Garci Qué grande es el cine, donde el poeta de Albacete demostraba que no solo se le daba bien medir versos, sino que era un profundo y fino conocedor de la historia del cine. Soy, además, un fiel lector de sus diarios. Sí, me he dejado para el final a Jane Powell. Un nombre que quizá, dicho así, no les suene de nada, pero que interpretó a Milly en el clásico de los años 50 Siete novias para siete hermanos, una de esas películas que uno guarda en su corazón desde su más tierna infancia. No hay momento o día en el que esa película no despierte en mí sentimientos positivos y dibuje en mi rostro una sonrisa de franca felicidad.
El personaje de Milly, que interpretó Jane Powell en Siete novias para siete hermanos (Stanley Donen, 1954), es fuerte como una mujer fordiana y sensible como una chica sofisticada. Heredó de sus padres unas semillas y dos libros: La Biblia y las Vidas paralelas de Plutarco. No me parece mala herencia si uno sabe aprovechar toda la profunda sabiduría que contienen esos libros y se le da bien plantar semillas en el campo. Además, la presencia del clásico de Plutarco es fundamental para el desarrollo de la historia de la película, ya que en él se encuentra la narración del “rapto de las Sabinas”, lo que dará lugar a una serie de divertidos malentendidos a lo largo de la cinta. En ciertos aspectos, Milly es muy parecida a la Mary Kate Danaher que interpretó Maureen O´Hara en El hombre tranquilo (John Ford, 1952): una mujer que sabe lo que quiere y lo que no, y que está dispuesta a luchar por lo que considera suyo o por lo que cree que es justo. Son dos películas y dos personajes femeninos que nos pueden engañar a primera vista, pero solo los necios y los que están ciegos de prejuicios se dejan engañar. En ambas películas, Siete novias para siete hermanos y El hombre tranquilo, se nos cuentan las historias de unas mujeres que consiguen lo que quieren por encima de las convenciones de la época y el lugar. Ay… Milly, Milly, con su sonrisa y su libro de Plutarco para leer en las largas tardes de invierno junto al fuego: con ella se va, para siempre, un pequeño e insustituible trozo de mi infancia más feliz.