Orihuela B 0 – 3 SC Torrevieja CF
Hay momentos en la vida que uno presencia y que son imborrables. Y cuando horas después nos preguntan por cómo ha ido el partido, de verdad desearíamos que nuestros familiares y amigos hubieran compartido con nosotros esos instantes. El reducido campo de El Palmeral de Orihuela testificó varios de estos lances fugaces en el terreno de juego, pero que serán inolvidables. El primero, cuando Gonzalo enganchó una señera chilena para abrir la lata que despertó al público del letargo y del calor de los últimos coletazos del veranillo de San Miguel antes de que el implacable sol de poniente huyera entre la serranía orcelitana. Aplausos y vítores atronadores para un gol que premiaba el dominio al que sometió el equipo salinero a un voluntarioso pero tierno filial escorpión. Uno de esos goles que parecen de dibujos animados cuando se relatan de boca a oreja pero que fue real.
Hasta ese momento el Torrevieja había dominado de cabo a rabo, acumulando ocasiones marradas en el área rival. Quizá el conjunto anfitrión saltó al campo con demasiado respeto, en un campo cuyas reducidísimas dimensiones invitaban a encimar algo más al visitante. Fue la jornada de las tres disputadas en la que el cuadro salinero, que estrenaba su segunda equipación esta campaña, trianguló con más desahogo.
No obstante, el tanto no llegaba y los locales fueron estirándose, albirando poco a poco ese desparpajo que siempre se les ha supuesto a las escuadras filiales. Pero el 0-1 cayó como una losa a los cachorros escorpiones, que tras el descanso todavía se alejaron más, involuntariamente, de la meta del salinero Ramón.
En la reanudación, una incursión trompicada de Gonzalo fue recogida por Cases, que cual ilusionista escondió la bola en el área ante tres rivales y anotó de zurda el de la tranquilidad. Tanto especial sin duda para el oriolano, que sin duda es en varios aspectos, y siempre sin olvidar la absoluta supremacía del colectivo, el jugador franquicia del proyecto. Tras haber jugado en todas las categorías y en varios países, cabe recordar que Cases también ha militado en el primer equipo del Orihuela en Segunda B en dos etapas.
Y en la vuelta a su hogar a Cases no le faltó cabecear un servicio de Manu Amores para redondear el tercero en su cuenta particular. Una asociación de tiralíneas plasmada como si de un preciosista lienzo se tratara. Y aún había tiempo para especular con un el póker salinero, cuando el propio hijo pródigo forzó un penalti por manos rivales. No obstante, envió por encima del travesaño, en un signo inequívoco de que la temporada será larga y de que cabe seguir remando y mejorando.
De hecho, todavía hubo tiempo para que los locales pusieran a prueba la impecable concentración de Ramón en las postrimerías, que salvó el que hubiera sido gol del honor amarillo.
Cuando nos pregunten que cómo fue el partido y si realmente los goles fueron de esa bella factura indicada, afortunadamente, podemos recurrir al vídeo para constatar que no fue un espejismo, sino un sueño que cada vez es más real.
SC Torrevieja: Ramón, Álex, Sami (Manu Paredes ‘75), Kevin, Ismael, Christian, Arias (Lucas ‘75), Manu Amores, Cases, Liam (Josué ‘44), Gonzalo (Fredrik ‘66)