A los pies de La Purísima, en su templo, en los últimos días antes de que regrese a su camarín después de las obras de accesibilidad que se han llevado a cabo durante los últimos dieciséis meses, se celebró el pasado domingo 21 el pregón de las Fiestas Patronales organizado por la Asociación Hijos de la Inmaculada. Una glosa que pronunció el médico- jefe del Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor del Hospital Universitario Los Arcos del Mar Menor, José Giménez Viudes. El pregonero realizó un completo discurso que comenzó recordando a todos los fallecidos a consecuencia de la pandemia de la Covid-19, homenajeando también así a su suegro fallecido recientemente, el popular comerciante de electrodomésticos, Manuel Ballester. También tuco un recuerdo especial para sus padres, el recordado médico, José Giménez Cañizares y la precursora de la danza en Torrevieja, Delfina Viudes Menchón. “Si para D. Antonio Machado “su infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero la mía son recuerdos alrededor de una Glorieta, donde convivían eucaliptos y palmeras, y el entorno de una Iglesia con aroma de jazmines veraniegos”. Así arrancaba el galeno con los primeros compases de su pregón que entusiasmó a los muchos asistentes que siguieron su discurso con gran atención. Compartió sus vivencias, sus andanzas de jovencillo en la Iglesia de la Inmaculada, las celebraciones del Año Santo Mariano de 1988 y la emocionante romería a La Mata señalando en esta efeméride el recuerdo a su madre que a pesar de su delicada salud quiso estar presente en este traslado tan singular. La Purísima y todo lo que la rodea de fe, devoción y exaltación que le profesan los torrevejenses, fue señalado por José Gimenez, recordando palabras del que fuera párroco-arcipreste, Fernando Rodríguez Trives, así como también lo hizo recordando al canónigo Antonio Pamies, “que no faltaba ni un solo año a las fiestas de La Purísima”. De igual modo refrescó la memoria de fiestas de La Purísima de antaño donde la vaquilla en la calle y después en la Plaza de Toros, la charamita y el sonido de los cohetes, eran los principales atractivos de los festejos. Giménez resaltó como uno de los momentos de mayor convivencia colectiva de los torrevejenses durante las fiestas, la celebración del concurso de paellas.
Giménez recibió de manos del párroco, Manuel Martínez, una pequeña imagen de La Purísima, obra del escultor, Víctor García, así como el presidente de la Asociación Hijos de la Inmaculada, Antonio Aniorte, ofreció al pregonero el libro de honor de la entidad.
El acto fue abierto por el presidente de Hijos de la Inmaculada, quien resaltó la importancia que supone la culminación dentro de unos días, el próximo martes 30, de las obras de accesibilidad del camarín de La Purísima. El alcalde, Eduardo Dolón, puso de relieve la importancia de las Fiestas Patronales y elogió el trabajo realizado tanto por la Concejalía de Fiestas como por la Asociación Hijos de la Inmaculada. También intervino para cerrar el acto el párroco, Manuel Martínez Rocamora, quien invitó a todos los torrevejenses a participar en todos los actos programados en las fiestas, con especial énfasis en los actos religiosos.
Mención especial merecieron las intervenciones musicales de María Ortigosa al Órgano, con la interpretación de “Trumpet Tune” de H.Purcell y junto a la soprano Belén Puente, en la “Salve Regina” de G. Puccini y “Plegaria a la Virgen” con Música de F.M. Álvarez del Poema de V.Balaguer.