Ingredientes:
Cuatro kilos de alcachofas cinco piezas de morcilla de cebolla dos de leche nata líquida seis piezas de huevos enteros sal pimienta de molinillo no es moscada para los moldes: cinco 50 g de mantequilla ablandada Para la salsa: 80 g de cebolla picada fina uno del de tomate titulado y 1 l de caldo de cocción alcachofa.
Elaboración: de las alcachofas: limpiamos torneamos las alcachofas dejando parte del tallo.
Sumergimos en agua y zumo de limón.
De la cocción de las alcachofas
En un “ blanco”: mezclamos todos los ingredientes evitando la formación de grumos, llevamos al hervor removiendo cocemos las alcachofas sumergiendo en la cocción en blanco y tapado con hoja de papel sulfurizado.
Enfriamos y conservamos en su mismo caldo una vez hecho.
Del pastel de alcachofa: Juntamos los moldes con mantequilla ablandada. Reservamos. Escurrimos bien las alcachofas. Cortamos en trozos de cuchillo entre paréntesis paisana) las alcachofas y ponemos en un bol. Seguidamente agregamos la morcilla desmigada y sin piel removemos y vertimos la nata líquida y los huevos enteros, la sal, la pimienta y nuez moscada. Mezclamos bien el conjunto.
Rellenamos cada molde con la masa obtenida. Llenamos los moldes. Horneamos al baño María durante aproximadamente 25-30 minutos a 150 °C. Sacamos del horno y dejamos reposar. Les mandamos a un caliente para emplazar.
De la salsa:
En un cazo ponemos media cebolla picada sofreír.
Agregamos un de L de tomate triturado.
Dejamos sofreír divertimos 1 l de caldo de cocción de alcachofas con dos morcillas de cebolla sin piel. Dejamos cocer durante 15 minutos.
Expresamos con poca maicena, colamos y ponemos a punto de sal y pimienta.
Una de las alcachofa más preciadas del territria español, es la alcachofa de la Vega Baja. La alcachofa de la Vega Baja se distingue por su sabor y calidad fruto de una cuidada selección en unas tierras consideradas como la Huerta de Europa.
La recogida y manipulación de la alcachofa se hace con mimo, una a una. Detrás de cada alcachofa hay miles de agricultores y profesionales que a lo largo de la historia han heredado un gran conocimiento sobre los mejores cuidados para el cultivo con el fin de darle el prestigio que se merece.
Las tierras de la Vega Baja destacan por su valor agrícola, la riqueza del patrimonio hidráulico, su entorno medioambiental y el clima mediterráneo.