San Fulgencio 1 – SC Torrevieja 1
Un testarazo de Gonzalo que hizo temblar el larguero rival resumió el partido del Torrevieja, que no pudo pasar del empate a 1 en San Fulgencio. Tras una segunda parte en la que se adueñó del encuentro por completo, el Torrevieja rozó la victoria, lo cual hubiera supuesto rebasar a su oponente en la tabla y situarse a solo cinco puntos del líder, pero el esférico no entró. En la última jugada se repitió la historia: Manu Amores entraba en el área y su pase hacia Hucha fue interceptado por una nube de jugadores rivales cuando parecía que el balón marchaba hacia una clara asistencia en boca de gol. Quizá sean dos jugadas que resuman todo un año de competición, ya que el Torrevieja ha bordeado el filo de la victoria en numerosos partidos en los que al final se ha tenido que conformar con las igualadas de puntos. Sensaciones agrias porque el equipo se sabe capaz de ganarle a cualquiera y sigue aspirando a lo más alto mientras matemáticamente sea posible. Dulces, si puede caber este sabor aunque sea remotamente tras partidos como este último, porque una de las imágenes para la retina fue la del público torrevejense desplazado que nuevamente volvió a aplaudir orgulloso la entrega de los suyos exhibieron hasta la extenuación. Mientras la desesperación de Manu llevó sus manos a la cara, el colegiado pitó el final de un encuentro que arrancó muy cuesta arriba para los salineros. En el minuto 6, mientras el Torrevieja pretendía llevar la iniciativa, un despeje rival se convirtió en un contragolpe de un pase que terminó en gol. Tan simple como eso. A raíz de ello, el cuadro torrevejense fue a remolque en una primera parte en el que transitó maniatado frente a un rival bien posicionado. Cuando los salineros merodeaban el área, no se podían desembarazar de la tela de araña rival, en especial en la medular del área. Cada balón que se lograba transportar a esa latitud se frenaba como si atravesara unas zarzas. Por las bandas, Salva pudo enganchar algún centro pero la mayoría de ataques salineros acababan con peligrosas diagonales de los anfitriones, que marcaron un segundo tanto que fue anulado correctamente por fuera de juego a tenor de las imágenes. Sin claridad pero con tesón, nuevamente hubo centros y más centros al área del San Fulgencio que lograron inquietar al meta local, pero la espesura visitante no se deshacía. En la segunda parte el decorado cambió sustancialmente e Ismael conectó un cabezazo que terminó en la red tras un saque de esquina. El San Fulgencio había bajado el pistón y se generaron espacios. Cristian entró y se notó mayor fluidez, mientras que Lukitas, que en la primera parte estuvo muy vigilado, se marchó al banco. Cabe preguntarse si su capacidad para desequilibrar no hubiera aumentado exponencialmente en el decorado de la segunda mitad. Sea como fuere, los salineros se adueñaron de la situación, arriesgaron posicionalmente, contuvieron nuevas contras locales, y disfrutaron de varias ocasiones para desnivelar la balanza pero el acierto no llegó.
En la próxima jornada los salineros reciben al Albatera, un equipo que viene de ganar dos encuentros consecutivos y que venderá muy cara la derrota, al necesitar salir de la cuarta posición por la cola en la que actualmente se encuentra. Los torrevejenses recortan un punto con la cabeza de la tabla, pero continúan empatados en la clasificación con el San Fulgencio.