Juegos, manualidades, talleres… Estas solo son algunas de las actividades que chicas y chicos entre 12 y 14 años han podido disfrutar durante dos semanas (del 30 de julio al 10 de agosto) en el Campamento Urbano Juvenil. Gracias a la Concejalía de Juventud, los jóvenes han visitado museos, playas y diferentes lugares turísticos de Torrevieja. Además de unirse a otros tantos entretenimientos como las gymkanas o los juegos de agua.
Las 20 plazas, ofrecidas por el CIAJ, fueron cubiertas en seguida. Es más, todas las actividades han sido gratuitas para los participantes.
Samantha Capacho, técnico de animación sociocultural y la coordinadora del campamento, ha explicado que la idea de este surgió durante un club de lectura. Los padres, encantados con la buena acogida de sus hijos, mostraron interés en las actividades similares. Fue entonces cuando el edil de la Concejalía de Juventud, Víctor Ferrández, y Capacho organizaron el evento.
Manuela, Alex y Carlos, algunos de los chicos de 12, 13 y 14 años respectivamente, han asegurado que lo mejor de la experiencia han sido las nuevas amistades y todas “las cosas divertidas que hemos estado haciendo”. La mayoría de los chicos esperaban con ansia la excursión a Tabarca, un viaje en el que han practicado snorkel y han conocido diversos lugares de riqueza cultural y medioambiental. Incluso han podido trasnochar en la isla con el apoyo del Centro de Educación Medioambiental.
Después del éxito que tuvo el campamento tecnológico, este se ha centrado en el ocio, el tiempo libre y el disfrute. Pero tal y como han apuntado las monitoras, Capacho y María Luisa Tárraga, no solo se lo han pasado ‘requetebién’ sino que también han aprendido a convivir, a compartir, a socializar y a respetar el medio ambiente.
Las monitoras hicieron especial hincapié en la socialización de los chicos, quienes en cuestión de horas habían entablado conversación con la ayuda de diversos juegos interactivos. Capacho apunta a que este tramo de edad es especialmente sensible y que en ocasiones no se llegan a cubrir todas sus necesidades. “He descubierto que los niños están disfrutando. Hemos organizado actividades bastante diferentes, desde manualidades a juegos de agua, salidas a la playa, excursiones, etc. Nos hemos esforzado por mantenerlos entretenidos todo el tiempo, lejos de las distracciones como el teléfono móvil o los videojuegos”, ha concluido.
Y aunque algunos de los niños confesaran que se unieron al campamento por obligación, una vez dentro, se lo han pasado de miedo. Al fin y al cabo, no hay mejor manera de combatir las horas de calor que disfrutar de un campamento de verano.