El pasado 30 de marzo dieron comienzo en el aula de la sede universitaria de la UA del Centro Cultural Virgen del Carmen los cursos de español para ciudadanos ucranianos, impartidos por profesoras de la Asociación de Voluntarios con Iniciativa Social en Torrevieja (ATIS), acompañadas por voluntarias ucranianas residentes en la localidad. Debido a la gran cantidad de ciudadanos procedentes de Ucrania tras la invasión de Rusia, el Ayuntamiento de Torrevieja, en colaboración con ATIS, han puesto en marcha este proyecto educativo para que se integren cuanto antes en la ciudad. Son unas 125 las personas que han comenzado a recibir estas clases, en su gran mayoría mujeres de entre 30 y 50 años.
Tres profesores voluntarios de ATIS se encargan de impartir desde el pasado 30 de marzo los cursos de español para los refugiados ucranianos que han llegado a Torrevieja huyendo de la invasión rusa. Desde la asociación han aportado los profesores y desde el Ayuntamiento de Torrevieja, más en concreto desde PANGEA, les han facilitado el aula de la sede de la UA en el Centro Cultural Virgen del Carmen, así como todo el material necesario.
Se trata de unos cursos de alfabetización y de español básico que se realizan todos los lunes, miércoles y viernes, en horario de 9:00 a 13:00 horas repartidos en cuatro grupos de unos 30 alumnos cada uno. Los cursos, de un total de 35 horas, van destinados a personas de todas las edades, predominando sobre todo las mujeres de entre 30 y 50 años, según comentó Queru Imbernón, profesora voluntaria de ATIS. La previsión es que finalicen sobre el 25 de junio, ya que la sede de la UA necesita el aula.
Desde ATIS suelen dar clases de español a inmigrantes de varias nacionalidades, pero ahora están con este proyecto de clases a ucranianos ante la llegada de refugiados a Torrevieja como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania. “Tenemos 300 apuntados, pero solo podemos abarcar a 125 personas”, señala Queru, que dobla una clase, mientras que otros dos profesores voluntarios dan una clase cada uno. Los tres cuentan con un ciudadano ucraniano voluntario enviado por la Asociación de Ucranianos en Torrevieja, que es el coordinador principal del proyecto y tiene un registro de los ciudadanos refugiados. A Queru le está ayudando como intérprete Tatiana Honcharenko, una exalumna suya que sabe muy bien español y que ha querido poner su granito de arena a la causa.
En cuanto a las clases, Queru explica que “le estamos dando unas fichas fáciles. La idea es que puedan tener un diploma al final del curso que les acredite que hablan el español suficiente como para empezar a conseguir el arraigo social”. Aunque el español y el ucraniano no tienen el mismo alfabeto, muchos de los alumnos del curso “tienen bastante facilidad para el idioma y saben algo”. “A la gente con más formación le cuesta menos”, indica Queru. Sin embargo, la dificultad es mayor para las personas que no han estudiado en su país y “tienen que empezar de cero”, señala.
3.000 ucranianos en Torrevieja
La concejal de Residentes Internacionales, Cooperación e Inmigración del Ayuntamiento de Torrevieja, Gitte Lund Thomsen, señala que la ciudad cuenta con una población estable de más de 3.000 ucranianos. “Es normal que los refugiados piensen en venir aquí con sus familias y amigos”, asegura. Se trata de una situación que nunca se había dado antes en Torrevieja. “Tenemos mucha experiencia en acoger extranjeros, pero nunca hemos acogido refugiados”, indica al tiempo que subraya que el Ayuntamiento está haciendo todo lo que está en su mano. Además de la recogida de alimentos, el consistorio ha organizado estos cursos de español para ucranianos. Gitte Lund señala que desde el primer día que llegan los refugiados ucranianos tienen interés en aprender nuestro idioma, algo que tilda de “muy positivo”.
Por ahora hay cuatro turnos del curso, pero se está trabajando en hacer más. “Siguen viniendo ucranianos, pero otros se van. Me imagino que siempre es así en una situación de guerra, y es muy difícil tomar una decisión de donde quedarse porque ellos están de paso, pero seguro que muchos se van a quedar si tienen a su familia aquí”, asevera Gitte Lund.
Queru Imbernón, profesora voluntaria de ATIS
Las clases son de inmersión lingüística en español, pero también contamos con intérpretes porque no sabíamos qué nivel iban a tener los refugiados. “Procuramos no darles muchas facilidades en cuanto a que piensen un poco y vean el español directamente, pero si hay algo más difícil lo traducen estas personas al ucraniano”.
“El curso está yendo bien”, asegura Queru, profesora voluntaria de ATIS. “Al principio teníamos muchísimos, pero se han quedado en la mitad por ahora porque muchos encuentran trabajo de un día para otro y no pueden venir por la mañana o bien se han ido a vivir a otro municipio”, explica.
“La idea del curso surgió cuando estábamos terminando el curso anterior. Se lo dije a Jean Paul y me dijo que estaban pensando en eso. Hemos buscado dos profesores, porque estaba yo sola, y desde PANGEA nos han dado las facilidades de aula y material”, explica.
Para Queru, los cursos “están bastante bien para ser una cosa organizada a prisa y corriendo”. Aunque subraya que todo está meticulosamente organizado, ya que la Asociación de Ucranianos lleva el registro de personas y todo pasa por PANGEA porque “luego se les da un diploma que les sirve para hacer los papeles”, finaliza.
Simonoryeh Inna, alumna
Inna tiene 37 años y tres títulos universitarios en su país. “Me he apuntado a los cursos para hablar un poco de español y estar aquí. Me parece muy buena iniciativa; la profesora enseña bien”, asegura.
Desiatov Oleksandr, alumno
Oleksandr tiene 39 años. Su nivel de estudios también es universitario en Ucrania. “Me gusta mucho la clase, todo está muy claro”, afirma. Para él “no es difícil aprender español”, confiesa.