“Sin humor la vida sería áspera y dolorosa”
Humorista, ilusionista, presentador, escritor y director de cine. Luis Piedrahita es uno
de los artistas más polifacéticos del panorama español. Es colaborador habitual de exitosos programas de radio y televisión y sus espectáculos teatrales viajan por toda España y Latinoamérica. Más de veinte años de trayectoria avalan a este monologuista genuino, de los de toda la vida. Piedrahita se sube al escenario sin más artefactos que un micrófono, su voz y su vertiginoso ingenio. Hoy sábado, 25 de junio, aterriza en el Teatro Municipal de Torrevieja a las 20:30 horas con su último monólogo ‘Es mi palabra contra la mía’, un espectáculo lleno de ingenio y ternura en el que analiza por qué nadie está contento con lo que le ha tocado. Tras el éxito de ‘Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas’ y ‘El castellano es un idioma loable, lo hable quien lo hable’, llega el monólogo más divertido de Piedrahita hasta la fecha.
Vista Alegre: ¿Qué nos traes con ‘Es mi palabra contra la mía’?
Luis Piedrahita: Es un espectáculo de risa. De mucha risa. Es de tanta risa que se recomienda venir orinado de casa para no tener un incidente en las butacas. Es un espectáculo transgresor. Muy transgresor. Tan transgresor que por mucho que lo intenta no consigue ofender a nadie.
V.A.- Dices que este monólogo es tu obra maestra…
L.P.- Así es. Es el show que más me gusta. Es brillante y luminoso como una supernova. Entiendo que mi juicio no es imparcial, ya que yo soy el padre de la criatura. Pero no soy el único que piensa así. Mi madre, por ejemplo, también opina lo mismo.
V.A.- ¿Qué sería de la vida sin humor?
L.P.- La vida sería áspera y dolorosa. El sentido del humor es como es sistema de amortiguación de un coche: si no lo tienes, todas las piedras del camino se van a tornar una molestia.
V.A.- Tienes más de 20 años de trayectoria, ¿cuál es tu balance?
L.P.- Mi balance es que para poder hacer lo mismo durante veinte años hay que cambiarlo constantemente. Hay que reinventarse y hay que actualizarse, pero… una actualización, como bien nos han enseñado nuestros teléfonos móviles, a veces puede ser una mejora a peor.
Cuando el teléfono te pregunta:
-¿Desea usted actualizar la versión del sistema operativo?
La respuesta siempre es NO, pero a veces es necesario y con nocturnidad, cuando tú estas durmiendo, el teléfono aprovecha y se actualiza solo para seguir funcionando.
Con los artistas sucede algo parecido. Reinventarse es inevitable. Sucede, aunque uno no quiera. Casi siempre mientras duermes. Si estás vivo te cambia la voz, te cambia la forma de pensar… El artista se va actualizando quiera o no quiera, pero hay que estar atento. En estos veinte años han cambiado muchas cosas, entre ellas yo. El humor que yo hacía al principio es muy distinto del que hago ahora, pero hay algo que sigue siendo igual. Hay un rasgo rastreable a lo largo de todos estos años, hay algo que se ha mantenido ahí. Creo que si intentara cambiarlo sería un error. Cambiar eso sería mejorar a peor.