Las fiestas del Barrio de San Roque han tenido una gran variedad tanto de programación como de acontecimientos, incluida la suspensión de los actos de la jornada del sábado como medida preventiva ante nuevos episodios de reventón térmico, tal y como había ocurrido unas horas antes. El calendario festivo finalizó en la madrugada de este pasado jueves con la ya tradicional fiesta de la espuma, junto a la barraca popular, reuniendo a cientos de personas, en su mayoría jóvenes que disfrutaron tanto del lanzamiento de la espuma como de la música disco.
Plenamente el momento de mayor solemnidad de las fiestas tuvo lugar en la misma jornada de la celebración del patrón del barrio, San Roque, contando en la Parroquia de San Roque y Santa Ana, con la visita del nuevo obispo de la Diócesis Orihuela – Alicante, Monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, el cual estuvo acompañado en todo momento por el párroco, Pedro Payá Giménez, el párroco de la Inmaculada, Manuel Martínez Rocamora y una nutrida representación de sacerdotes que se desplazaron especialmente para la ocasión. Era la primera vez que el obispo Munilla visitaba Torrevieja. El prelado presidió la misa que tuvo lugar previamente a la procesión, a la que asistió el alcalde de la ciudad, Eduardo Dolón junto con una amplia representación del gobierno municipal, así como la delegada municipal, Encarna Torrecillas y la presidenta de la Comisión de Fiestas de San Roque, Maribel Muñoz. La parroquia se quedó pequeña para acoger a tantas personas como acudieron, teniéndose que ubicar sillas en el exterior. Al término del oficio, el prelado recibió un regalo de la parroquia, un relieve con su escudo episcopal dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, que le fue entregado por su autor, el artista torrevejense, Víctor García Villalgordo.
Después se inició la solemne procesión con las imágenes de San Roque y Santa Ana, con gran asistencia de personas y la participación de la banda de la Sociedad Musical «Ciudad de Torrevieja – Los Salerosos». Al finalizar el recorrido fue disparado un castillo de fuegos artificiales y ya en el interior del templo el párroco, Pedro Payá entonó el himno dedicado a San Roque con una letra especial sobre la música de la habanera Torrevieja. Monseñor Munilla se mostró en todo momento muy cercano a todas las personas que se acercaron a saludarle y se interesó por el devenir cotidiano de la ciudad en varias conversaciones mantenidas con el alcalde.
Gran animación en la barraca
La barraca de fiestas fue sin duda uno de los epicentros de estas fiestas y contó con una gran animación en todo momento con actividades infantiles, diferentes actuaciones musicales, concursos y especialmente con los sorteos de regalos que concentraron a cientos de personas cada noche. En uno de estos sorteos destacó en la jornada del domingo 14, tener como premios hasta seis jamones. La convivencia de los vecinos del barrio, de las muchas familias que pasan sus días de vacaciones en la zona y de las personas que se desplazaron desde otros puntos de Torrevieja fue excelente y en todo momento se vivió una gran animación y mejor ambiente.
Visita del obispo a la Purísima
La visita del prelado de la diócesis dio comienzo en la misma tarde del pasado lunes día 16 en las puertas de la Iglesia de la Inmaculada. Allí le esperaban el alcalde, Eduardo Dolón, el párroco, Manuel Martínez, sacerdotes, concejales del gobierno municipal, el presidente de la Asociación Hijos de la Inmaculada, Antonio Aniorte junto con miembros de la Junta de dicha entidad. Monseñor Munilla accedió a las flamantes instalaciones del camarín de La Purísima y se detuvo ante la imagen de la Purísima de la antigua Hermandad de Torrevejenses de Barcelona, cuya restauración se había bendecido veinticuatro horas antes. Al situarse frente a la imagen de la patrona, La Purísima, Monseñor Munilla se mostró muy emocionado y pidió hacerle una fotografía con su teléfono móvil, al tiempo que se acercó a la imagen para depositarle un beso. Firmó en el libro de honor de los Hijos de la Inmaculada y el alcalde le hizo entrega de un barco de sal. El obispo también tuvo tiempo para saludar a algunas de las personas que acudieron para darle la bienvenida a la ciudad.