A pocos días de cumplir los cien años de vida falleció el pasado día 9 de abril, Domingo de Resurrección, Teresa Pacheco González, viuda de Salvador Ruso (antiguo director de la Caja de Ahorros de Monserrate) y madre de cuatro hijos, siempre inseparable de su hermana melliza, Isabel, ya fallecida. Teresa había nacido en Encinasola (Huelva) porque su padre, Juan Pacheco, tras haber nacido y vivido en Cuba, de padres españoles y hacer la carrera de medicina en Valencia, ejerció su profesión en Argentina y tras contraer matrimonio, regresó a España y se afincó en Huelva, donde nacieron Teresa e Isabel. Posteriormente la familia se trasladó a Valencia, pero antes de llegar, al pasar por Torrevieja se enamoró de aquel pequeño puerto de pescadores diciendo «esta es mi Cuba y de aquí no me muevo». Así fue como el médico Juan Pacheco Fuentes se estableció en Torrevieja donde salvó muchas vidas durante sus años de profesión. Teresa e Isabel que llegaron muy pequeñas, se criaron y crecieron así en Torrevieja que ya se convirtió en su pueblo. Las mellizas eran tan iguales que sus padres tuvieron que ponerles pendientes de distinto color para reconocerlas. Las dos vivieron muy unidas, una en la Plaza de la Constitución y otra en la calle Caballero de Rodas. Siempre comprometidas con su fe católica y fervientes devotas de Jesucristo, La Purísima Concepción y San Antonio de Padua. Precisamente su madre fue quien adquirió el San Antonio que se venera en la Iglesia de la Inmaculada, como agradecimiento por la salvación de su hijo, Emilio.
Teresa siempre ha hecho gala de su actitud positiva hacia la vida y el gusto por la música. Especialmente los tangos que sus padres trajeron consigo desde Argentina, donde había vivido su madre, hija de emigrantes gallegos, era una de sus melodías preferidas. Cuando contaba con 60 años quedó viuda y toda su familia la arropó constantemente hasta que ha fallecido rodeada de todos sus hijos y nietos. El cariño de su familia ha quedado patente en su despedida. En el entierro en la Iglesia de la Inmaculada, tras la misa, sonaron las músicas preferidas de Teresa interpretadas por un grupo de cámara. Tangos, boleros y hasta las notas del himno de Torrevieja fueron diciendo adiós a Teresa Pacheco. Ya en el momento de la despedida en la calle San Policarpo, dos mariachis la volvieron a homenajear con el canto de rancheras.
Desde estas líneas VISTA ALEGRE expresa su más sentido pésame a sus hijos, Salvador, María Teresa, Elena y Pilar Ruso Pacheco, así como a su hija política y a todos sus nietos que ya contaban los días para celebrar el cumpleaños centenario de su abuela.
Descanse en paz.