La Escuela Municipal de Teatro «Raúl Ferrández» repone la clásica obra de Zorrilla este martes día 31 en el Teatro Municipal

Vuelve el Tenorio

«Don Juan Tenorio», la clásica obra de José Zorrilla, tan típica en las visperas de la celebración de Todos los Santos vuelve a reponerse en Torrevieja, siguiendo la estela de la tradición que ha habido en la ciudad durante tantos años. Esta vez la representación ha nacido en el seno de la Escuela Municipal de Teatro «Raúl Ferrández» con la dirección de su titular, Matías Antón Catalá y la colaboración de un buen número de actores y actrices, algunos de los cuales ya han formado parte del reparto en otras ediciones. Practicamente un año ha estado preparándose esta obra que, como ha reconocido Matías ha tenido numerosas dificultades y retrasos hasta que finalmente se ha logrado armar. Será todo un reestreno con un decorado que se aleja de lo hasta ahora conocido y que aplica un marco minimalista. De estreno también es el vestuario y sobre todo la ilusión renovada de todo un elenco que está implicado al cien por cien en mantener la tradición de esta obra.

La única representación anunciada será el próximo martes día 31 de octubre a las nueve de la noche en el Teatro Municipal.

UN DECORADO QUE DA TODO EL PROTAGONISMO A LOS PERSONAJES DE LA OBRA

Sin cambiar ni un ápice de la estructura arcaico patriarcal de la que es deudora la obra por su tiempo de escritura, el tratamiento de la interpretación de los mismos ha sido trabajada en un código de realismo mágico, donde se entrelazan la verdad y la fantasía a partes iguales. Tal es ese retorcimiento actoral por parte de los mismos a la hora de interpretar sus personajes, que el trabajo escenográfico se convierte en un mero actante de fondo sin muchas aspiraciones, más que a la de acompañar de manera velada a lo realmente protagonista de la obra, sus personajes. El estilo de simbolismo minimalista y la elección de buscar una gama cromática ausente, no deja de transportarnos a una obra contando la historia de alguien que intenta recordar, en esos momentos de la vida donde “recordamos caras” pero no lugares, esos espacios de limbo, son precisamente los que busca y trabaja esta escenografía, bastante diferente a lo que solemos ver representando este tipo de obras.