Tras agravarse su estado de salud tras una intervención quirúrgica, el pasado domingo día 19 fallecía el sacerdote, José Luis Arnal Pérez a los 82 años de edad. Gozaba del cariño y el aprecio de la mayoría de los materos y de muchos torrevejenses. Don José Luis supo conectar desde siempre con sus semejantes, siendo sobre todo una persona campechana y cercana, tal y como se dejó constancia el pasado lunes durante su misa funeral en la Parroquia de Ntra. Sra. del Rosario, oficiada por una veintena de sacerdotes presididos por el vicario general de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Bienvenido Moreno Sevilla, quien hizo presente el afecto de Monseñor Munilla, Obispo de la Diócesis que se encontraba en el pleno de la Conferencia Episcopal.
- José Luis Arnal nació en Zaragoza en 1941. Trasladado a Orihuela una religiosa le inculcó a subir al Seminario de San Miguel y decidió ir a la búsqueda de su vocación. Fue ordenado por el mítico Obispo, Pablo Barrachina y Estevan y su primer destino fue el Colegio de Santo Domingo en Orihuela, posteriormente ejerció su ministerio en Benejúzar donde puso acrecentar la devoción a su Virgen del Pilar. De ahí pasó a servir en el Ejército Español, siendo durante más de dos décadas, Capellán de Submarinos de la Armada en Cartagena. Ya jubilado regresó a la Diócesis de Orihuela-Alicante y fue incorporado como párroco de Nuestra Señora del Rosario de La Mata y adscrito a la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Torrevieja. En La Mata dio un gran impulso a la vida parroquial siendo muy cercano a los mayores y también a los jóvenes. Fue elegido Arcipreste de Torrevieja en 2011 y durante dos décadas ha sido el Capellán del Hospital Quirón de Torrevieja. Participó en las reuniones marineras y altruistas llamadas de «la Navecilla España».
En su sentido entierro la parroquia de La Mata se quedó pequeña en la mañana del pasado lunes para acoger a tantas personas como quisieron despedirse de D. José Luis. Especialmente emotivas fueron las palabras de un compañero Capellán del ejército que recordó como se dirigía a todos con un «chicooo» sin distinguir rango ni condición y también del sacerdote, José Antonio Moya Grau, canónigo de la S.I.C. de Orihuela.
Durante sus últimos años en La Mata ha sido uno más e inolvidables van a ser sus tardes de tertulias, su buen apetito y su nobleza, siempre dispuesto a ayudar, a servir. Durante este tiempo fue fundamental el cariño y la entrega de Mercedes, que le ha acompañado hasta el último momento. Sirvan estas líneas para trasladar a ella el más sentido pésame, así como a Nati Arnal, hermana del finado y la familia Murcia Marín
Descanse en paz.