Éxito de las rutas teatralizadas de Ars Creatio ‘1829, Torrevieja tiembla’

El pasado fin de semana tuvo lugar con un gran éxito las rutas teatralizadas creadas por la Asociación Cultural Ars Creatio de Torrevieja. Un año más, el curioso público ha conocido de una manera muy atractiva la historia de la villa de Torrevieja en torno a la fecha del 21 de marzo de 1829, cuando tuvo lugar el devastador terremoto que asoló esta y las demás villas de la Vega Baja.

Las rutas de carácter histórico con su toque de humor “1829, Torrevieja tiembla” se iniciaron hace cinco años. A lo largo de un recorrido urbano participan nueve personajes. Por una parte, el ingeniero Agustín de Larramendi y el obispo de Orihuela Félix Herrero, quienes fueron protagonistas de la reconstrucción de todas las poblaciones afectadas por el seísmo conocido como Terremoto de Torrevieja. Por otra parte, y en representación del pueblo llano, aparecen dos viudas, el médico de entones y un pobre de solemnidad (todos ellos son personajes reales). A los que se unen, en representación de los poderes políticos enfrentados en ese momento histórico, el alcalde José Galiana, del barrio de la Punta, y el administrador de las salinas, Rafael Lázaro Torrijos, del barrio del Sequión. Finalmente, se añade la presencia del científico inglés Samuel E. Cooke, quien visitó el ruinoso estado de la villa torrevejense inmediatamente después de la catástrofe y de ello dejó constancia en una publicación.

En esta producción Ars Creatio se contó, una vez más, con la colaboración de la parroquia arciprestal de la Inmaculada Concepción.

Recital de Poesía y Danza

Para celebrar el Día Mundial de la Poesía, Ars Creatio, con la entidad colaboradora Mery Dance Academy, invitaron el pasado 15 de marzo a los asistentes a tomarse una hora de reposo, de paz y meditación, dedicada a la poesía y la danza, y también a la fotografía y la música, una conjunción de artes dirigida, en sus respectivas vertientes, por José Miguel Toro y María del Ángel Martínez.23

Presentó el acto la presidente de Ars Creatio, Josefina Nieto, que citó al escritor y filósofo francés Paul Valéry (1871-1945), en referencia a su defensa de la poesía como un estado de ánimo, una emoción que crea pensamientos, más allá de las palabras. La primavera, el flamenco y la guitarra fueron los protagonistas principales de este recital, en el que tampoco faltaron el piano ni la orquesta, o un breve viaje a tierras hermanas de Hispanoamérica.

La afición y el conocimiento de José Miguel Toro se desplegaron de nuevo en una selección con adecuadas elecciones de voces y armonías audiovisuales. Pocas veces habrán coincidido, en una misma velada, obras de, entre otros, Federico García Lorca y José María Hinojosa, dos poetas asesinados, con apenas cuatro días de diferencia, por cada bando enemigo. Tres generaciones de actuantes, entre recitadores y bailarinas, completaron un programa que recordó al público algunos versos y le acercó a otros por primera vez, con los matices que sólo la interpretación es capaz de proporcionar. Después de las tres coreografías de las alumnas, cerró el acto la maestra, María del Ángel, con la energía y el gozo que transmitían su semblante y cada movimiento sobre el escenario.

Josefina Nieto entregó el logo salado de la asociación a José Miguel Toro, ante la sorpresa de éste. Se premiaba así merecidamente su trabajo en la dirección de los recitales de poesía y otros aspectos de su trayectoria cultural. De esta manera retornaba a sus manos uno de los objetos que él mismo había ayudado a elaborar, como los que ya adornan las vitrinas de muchos amigos de Ars Creatio.

Alboreando otra primavera, la poesía y la danza volvieron a suavizar unos tiempos frenéticos. La asociación cumplió su compromiso con el público y con la cultura pese a los imponderables y las contrariedades. Fue confirmada así la tesis de Paul Valéry: la poesía es un estado de ánimo, cuya fuerza ayudó a superar derroteros adversos. Y también se demostró la importancia del aporte de cada miembro de un equipo unido, tanto sobre las tablas como fuera de ellas. Por eso hubo, en realidad, más de once recitadores; y por eso todos recibieron el mismo aplauso.