Notas de verano IX: Silbando

En el balcón, después de cenar. Comento: ¿Os habéis fijado cómo ya se hace de noche cada vez más pronto? E. contesta: “Sí, y me encanta que así sea. Me gusta cuando, en otoño o invierno, veo anochecer temprano mientras hago los deberes en mi cuarto. Pero nadie me entiende”. Tranquila, le digo, te entiendo perfectamente. A., por su parte, nos mira como diciendo: vaya par.

            …

            Leo, por recomendación de A, los 6 volúmenes en los que se divide la novela Blackwater y que se está convirtiendo, poco a poco, en todo un fenómeno de culto. Mis dudas acerca de la calidad o no de esta obra, escrita a comienzos de los años 80 del pasado siglo, quedan despejadas cuando me sorprendo leyendo un volumen al día.

            …

            De repente, un día llueve. Sonríes. Es como un anuncio del otoño.

            …

            El que hace todo lo que puede no tiene obligación de hacer más. Pero qué difícil es hacer todo lo que realmente se puede…

            …

            Hay un momento en el que desconectas por completo de la actualidad más inmediata. Por aburrida. Por caduca. Por repetitiva. Entonces te das cuenta que lo verdaderamente actual pasó hace mucho tiempo. Enciendes una vela en una iglesia. Suena una campana.

            …

            El atardecer me saluda mientras termino de leer un libro de Jesús Montiel. Es el segundo que cae en mis manos y seguro que no será el último. Es un libro que en realidad está compuesto por dos pequeños textos, Notas a pie de instante y El amén de los árboles. Escritura fragmentaria, poética. Anotaciones y aforismos. Reflexiones y fogonazos. Un hombre que mira, atento y sorprendido, también agradecido, la cotidianidad del vivir. Hay sabiduría en su mirada. Y piedad.

            …

            Pasar un día en Alicante, en familia. Recorrer las tiendas, las calles, las plazas. Tomar un café. Comprar algunas cosas. Ropa, libros. Un vinilo de Paul Simon. Ir a comer a un restaurante italiano que nos han recomendado. Disfrutar de casa segundo, con tranquilidad, degustando el sabor de cada uno de los instantes que compartimos. Cogernos de la mano. Mirarnos, vernos. Reírnos de alguna ocurrencia de E. durante el camino de regreso.

            Vivir es dar gracias siempre.

            …

            Del libro de Jesús Montiel que comentaba antes, este aforismo con el que me identifico plenamente: “El amor no es solamente lavar los platos. Es lavar los platos silbando”.

            …

            Ir a misa por la mañana, temprano, te permite vivir el día con la temperatura correcta, con el dial bien sintonizado, con cada uno de los poros del alma receptivos a la gracia. Abres la ventana correcta y entra la luz. Buenos días, mundo. Y silbas.

            Marco Antonio Torres Mazón