Comienza la obertura y el escenario se ilumina. A partir de ahí, todo es un juego de pasión, emoción y belleza. Pura belleza.
La semana pasada 25 bailarines del Ballet Español de Murcia subieron al escenario del Auditorio bajo la dirección de Carmen y Matilde Rubio e interpretaron la historia de Carmen, la gitana más universal y popular que la literatura y la música han descrito.
Una obra que el escritor Prosper Mérimée, viajero por la pintoresca Andalucía del XIX, hizo inmortal en el año 1845 y que luego inspiró la fabulosa y última ópera que compuso bajo el mismo nombre Georges Bizet.
La actuación, un auténtico regalo para los sentidos, se desarrolló en dos partes en las que además de con las castañuelas o las palmas, los bailarines fueron capaces de crear ritmos con sus escopetas y diálogos con sus tacones. Un espectáculo bello en el que la libertad, la pasión y el instinto marcaron una trama en la que Carmen parece quedar atrapada en su propia provocación. Una historia en la que el amor es el tema principal, y que se desarrolla a través de un triángulo amoroso entre Carmen, un soldado de la guardia que se enamorará perdidamente de ella y el “toreador” al que todas las mujeres miran y desean.