Antoni Jakubowski
Entre la desafortunada temporada de conciertos, de la cual en realidad solo se efectuó la mitad de programación, y la inauguración de una temporada nueva a la que tenemos que esperar todavía, la Orquesta Sinfónica de Torrevieja ofreció un concierto de verano, presentando una pequeña orquesta de cuerdas (18 músicos), bajo la dirección del maestro José Francisco Sánchez Sánchez que contó con la participación del violinista Stanislav Tkach como solista. Por supuesto, los organizadores se encargaron de respetar todas las medidas de seguridad, por lo que el Auditorio no se veía repleto como de costumbre. El programa fue construido exclusivamente por los famosos éxitos de música clásica pero, antes del programa previsto, la Orquesta, con el solo de violín de Stanislav Tkach, dedicó para las víctimas de la pandemia y para el personal médico “La Lista de Schindler” de J. Williams. ¡Un gesto precioso!.
El Concierto “Otońo” – la tercera parte de las famosas “Cuatro Estaciones” de A. Vivaldi – abrió el programa. En el escenario, Stanislav Tkach – concertino de la OST – en compañía de José Francisco Sánchez saludaron con una sonrisa de felicidad (detrás de las mascarillas) al satisfecho público.
La energía arrolladora y precisión interpretativa del violinista-solista, repartida con la sonoridad de la camerata, se desenvolvió con absoluto poder en la interpretación sobria, penetrante, dulce e intensa. En la obra de A. Vivaldi, S.Tkach resaltó el carácter de la música de cámara, que prevalece en muchos segmentos y diálogos exquisitos entre solista y orquesta.
Palabras de reconocimiento merece la ejecución de la obra de W.A. Mozart – Divertimento en Re-mayor KV 136. Sánchez y la orquesta ofrecieron una versión fresca, amena y alegre, de una partitura que tiene ciertas conexiones con la música de la ópera “Bodas de Fígaro”. Fue realmente emocionante y gratificante presenciar la interpretación musical muy entregada. La Camerata en su actitud alcanzó la correlación necesaria para llenar el Auditorio de belleza y
La siguiente propuesta del programa fue, quizás, la obra más conocida de W.A. Mozart – ”Pequeńa Serenata Nocturna”, música gentil con énfasis a la melosidad, donde los cuatro movimientos en la interpretación de la orquesta fluyeron con muy cuidada coordinación entre los grupos orquestales. Los intérpretes demostraron que les encanta particularmente esta música.
Para cerrar el programa la Orquesta de Cámara ofreció una obra de Astor Piazzolla – compositor e instrumentista argentino que revolucionó el tango e introdujo esta danza en las salas de conciertos de forma concertante. “El Verano”- una parte de las “Cuatro Estaciones Porteńas”, inspiradas en las de A. Vivaldi, fue ejecutada por el violinista S. Tkach. Con un sonido lleno, variado y una técnica impresionante, el violinista superó todas las dificultades, ofreciendo una interpretación muy convincente al dibujar los diferentes meandros rítmicos, armónicos y dinámicos propuestos por A. Piazzolla. Cómo resultado de la excelente interpretación, el solista fue obligado a interpretar con todo el ánimo el famosísimo “Czardas” de V. Monti cómo propina. !Bravo maestro Stanislav Tkach!
La labor del director J.F. Sánchez y de la orquesta de cámara fue verdaderamente magnífica. Al ofrecer una versión sonora muy camerística, el maestro supo unir excelente condición de los músicos orquestales en un organismo homogéneo, por lo que merece la enhorabuena.
P.D. Una reflexión fuera del concierto: Es una pena, que el ańo de júbilo de L.van.Beethoven (250 ańos de su nacimiento), sin darnos cuenta está pasando al olvido, aunque todavía hay tiempo de organizar un concierto.