“Sanidad Excelente”, preocupada ante las colas interminables de enfermos sin medidas de seguridad en el Hospital de Alzira

La plataforma ciudadana, tras ver las imágenes de los medios que muestran enfermos hacinados en la sanidad pública valenciana, se pregunta si ese es el fracasado modelo sanitario que pretenden implantar en el departamento 22 de salud.

La plataforma ciudadana “Sanidad Excelente” ha visto con sorpresa e indignación las imágenes publicadas de ciudadanos enfermos en las urgencias de los Hospitales de Alzira y el Hospital La Fe de Valencia, “completamente hacinados, sin atención sanitaria inmediata y sin medidas de protección ni de distancia social anti covid-19”. Frente a esto los pacientes de Atención Primaria del Área 22 actualmente esperan cinco veces menos que el resto de departamentos de salud de la provincia de Alicante y la Comunidad Valenciana, que se situada en 18 días de media.
Toda esta situación, profundamente lamentable, coincide con las denuncias de los sanitarios y médicos valencianos que señalan a la Conselleria de Sanidad como responsable de la falta y ausencia absoluta, de personal y medios para el desarrollo de la noble función en defensa y cuidado de nuestra salud.
La presidenta de la plataforma Mamen Mateo, manifiesta que “estos desastres continuados de gestión sanitaria de la Consellera de Sanidad deben hacer reflexionar al Presidente Puig. ¿Es su deseo que estas horrorosas imágenes y el nefasto servicio sanitario se repita cada día en Torrevieja, Guardamar, Orihuela Costa, Pilar de la Horadada, Rojales, etc.? El pasado sábado los vecinos llenaron las calles de Torrevieja. Por ese motivo seguiremos luchando por la salud de nuestros gente”.
Según la plataforma, “el injustificable anuncio del Gobierno valenciano que obligará a los vecinos que vivimos en el departamento de salud 22 de Torrevieja, a recibir el mismo tipo de nefasto servicio sanitario que reciben en Alzira y en el Hospital de La Fe, como queda acreditado por las imágenes y noticias que hemos visto, nos provoca miedo y rabia, y nos obliga a preguntarnos si este es el modelo de gestión sanitaria al que nos dirigen tras la expulsión del concesionario”.