Entrevista: Ana Peinado, Doctora en Psicología, profesora en la Facultad de Psicología de la Universidad de Murcia y escritora

“El miedo no es bueno ni malo, es adaptativo”

La psicóloga ha realizado una charla online este pasado viernes sobre el desgaste emocional de la pandemia para poder afrontar la situación de la mejor manera posible a través de técnicas concretas de psicología para luchar contra la ansiedad, la depresión y el agotamiento emocional.

Vista Alegre: ¿Qué esperas que hayan aprendido los oyentes de esta charla?
Ana Peinado: El objetivo de la charla era poder dar esa ayuda a la gente para sobrellevar lo que llamamos la “fatiga pandémica”, que es esa sensación de no poder más con la situación y con todo lo que conlleva, como, por ejemplo, no poder estar con los seres queridos, de tener limitado el movimiento, de tener que ir con la mascarilla, incluido también el miedo al contagio, pues es una de las situaciones que estamos viendo y que crean estrés, ansiedad. Incluso ahora están empezando a aparecer muchas situaciones de depresión que podemos prevenir con algunas pautas o trucos que también pueden utilizar los niños que son los grandes olvidados de esta situación y también necesitan ayuda en cuanto a juegos o actividades que se puedan hacer con ellos que les ayuden a llevar la situación lo mejor posible. Es por ello, que espero que aquellos que hayan asistido a la charla hayan aprendido esas pautas o herramientas para llevar la situación lo mejor posible.

V.A.- ¿Cómo nos ha cambiado a la sociedad esta pandemia?
A.P- Ha cambiado muchísimo, yo lo que pasa es que no soy demasiado optimista si ese cambio ha sido a mejor. Creo que cuando vemos alterado y que está en peligro nuestras necesidades más básicas y en este caso con la pandemia lo que está en peligro es nuestra propia vida, se genera de una manera totalmente adaptativa y evolutiva esa sensación de tener que proteger la vida y eso nos lleva a desarrollar emociones relacionadas no solamente con el miedo sino también con la ira y el enfado porque protegemos muchas veces atacando a lo que consideramos que es el enemigo. Es por ello que aparecen situaciones de ira, de rabia hacia los demás, de falta de empatía y de entendimiento, muy en contra de lo que debería ser, una sensación de que estamos todos en la misma situación, de compartir, de ser más sociables, pero sin embargo nos volvemos más egoístas. A todo esto, le unes la sensación de reclusión, de tener que quedarte en casa, de no tener contacto con los demás, pues nos vuelve todavía más individualistas. Por todo esto creo que las sensaciones no son demasiado buenas.

V.A.- ¿Cree que volveremos a ser los que éramos antes? ¿O quizás el golpe éste ha sido demasiado fuerte?
A.P- Creo que ha sido muy fuerte y está durando demasiado. Si no hubiera sido tan largo, seguramente el impacto emocional no hubiera cambiado determinadas estructuras a nivel psicológico, pero el hecho de que esté durando tanto tiempo va hacer que se modifique. Creo que no vamos a ser los mismos, habrá gente que se quede en esa situación de individualismo, de falta de cooperación, de unión con los demás y si que afortunadamente habrá gente que si que experimentará lo que se llama un crecimiento postraumático, donde una vez que superen esas consecuencias serán mejores que antes de pasar por ello, debido a la capacidad de adaptarse a las nuevas situaciones, de ver incluso lo bonito que podemos encontrar ante esta situación, por ejemplo, de tener más tiempo para compartir con la familia. Aquellos que tengan una visión mucho más positiva experimentarán dicho crecimiento y estarán mucho mejor que antes de la pandemia, pero para ello hay que trabajarlo.

V.A.- ¿Cómo se afronta ese miedo de no fiarnos de nadie?
A.P.- Es verdad que tenemos esa situación de desconfianza y esa es una de las situaciones que nos va a costar superar. El volver a confiar en la gente va a ser complicado. Por ello el trabajo de gestión emocional que vendrá después de la pandemia va a tener que ver mucho con la capacidad que tengamos de ir soltando esas sensaciones que podemos tener ahora de miedo. El hecho de experimentar miedo cuando nos cruzamos con alguien tenemos que valorarlo como una emoción, es decir, como algo que viene y se va y no me tengo que agarrar a él, sino experimentarlo aceptar que puedo tener miedo y soltarlo. En medida que sea capaz de ir soltando esas sensaciones podré volver a adaptarme a un entorno en el que ya no haya peligro. El miedo no es bueno ni malo, es adaptativo. El tener miedo ahora nos puede ser útil para tomar ciertas medidas que nos protejan de contagiarnos.

V.A.- Durante este tiempo de confinamiento, la sociedad ha descubierto a valorar las pequeñas cosas que antes teníamos pero que no apreciamos. ¿Consideras que nos hemos vuelto más humanos?
A.P.- Si, esa capacidad de darnos cuenta de las cosas bonitas que estaban y no nos fijábamos, es lo que va a hacer que algunas personas estén mejor cuando pase todo esto. Aquellas que sean capaces de mirar las cosas bonitas que hay serán las que vayan a salir mejor de esta situación. El cerebro está programado de manera natural para fijarse en los peligros porque es lo que puede hacer que nos protejamos la vida. El hecho de fijarte en esas cosas bonitas es algo que el cerebro no tiene instalado de manera natural y por lo tanto tenemos que forzar el fijarnos en esas cosas, tenemos que hacer un auténtico ejercicio consciente de darnos cuenta cuáles son las cosas que merecen la pena, con las que estoy a gusto. Para ello se pueden realizar ejercicios como escribir cada día que es lo mejor que me ha pasado para que el cerebro vaya fijándose y prestando atención no solamente en lo malo, sino también en lo bueno.

V.A.- ¿Crees que los niños nos han dado un ejemplo sobre cómo afrontar la situación?
A.P.- Yo creo que nos han dado toda una lección, han sido los más coherentes con la situación. Es verdad que los ves en los colegios y se portan fenomenal, están todo el día con su mascarilla. Se han adaptado de una manera increíble, que ojalá muchos adultos lo hubiéramos hecho igual. Esa capacidad de adaptación a una nueva situación sin protestar, que es lo que más ha caracterizado a los niños, creo que es algo que todos deberíamos de aprender.

V.A ¿Cree que está situación va a repercutir en la educación de los niños y adolescentes?
A.P.- En cuanto a nivel de conocimientos adquiridos, creo que es prácticamente imposible que se puedan adquirir los mismos que antes de la pandemia. Esto dará como resultado el que nos demos cuenta de lo poco importante que eran esos conocimientos curriculares. Que un niño de primaria esté año tras año aprendiéndose el ciclo del agua es un sinsentido, el hecho de que ahora esté dos cursos sin aprenderlo, va a hacer que nos demos cuenta que no hacía falta que se lo aprendiera, podría luego verlo en YouTube y ya está. Espero que esto nos sirva para darnos cuenta de que lo que hay que hacer es un cambio total y radical en los contenidos que enseñamos, en la manera de evaluarlos. Tenemos que aprender que evaluar un conocimiento en la Universidad a través de un tipo test es una estupidez porque no demuestra que esa persona luego sepa aplicar el contenido. Que no tenemos que estar tan preocupados en si se van a copiar o no, sino en si van a aprender o no.