Ribera lanza una iniciativa que permite a los bebés adoptados conservar los recuerdos de su nacimiento en el hospital

El Hospital Universitario de Torrevieja ya cuenta con una caja de primeros recuerdos para entregar a los bebés que se van con una familia de acogida o adopción.

Los hospitales universitarios de Torrevieja y Vinalopó, del grupo sanitario Ribera, han diseñado una caja de primeros recuerdos para los bebés nacidos en desamparo. Un proyecto que se encaja dentro del Plan de Humanización y que se plantea como un gesto para trabajar los orígenes del recién nacido con el objetivo de que conozcan que, pese a las circunstancias adversas que han tenido que vivir y que ha motivado la adopción o el desamparo, desde el hospital todo fue bien, fueron cuidados, atendidos, acompañados y protegidos.
“Los niños y niñas nacidos a partir de ahora en los hospitales del grupo Ribera cuentan con otra hermosa herramienta para ayudar a los pequeños a comprender su historia: una cajita que reúne los objetos y recuerdos de los primeros días de vida de los pequeños que nacen en el centro y que se van con una familia de acogida o adopción”, comenta Leticia Beltrán, trabajadora social del Hospital Universitario del Vinalopó.
“Esta iniciativa ha sido el resultado de un importante trabajo de equipo; que ha cuidado hasta el más mínimo detalle; para que esta cajita se convierta en un inicio de vida que represente acogida, cercanía; respeto y amor por el cuidado del pequeño”, añade Natalia Méndez, supervisora de los servicios de pediatría y neonatos de los hospitales de Torrevieja y Vinalopó.
Para ello, desde los primeros días de vida y hasta su alta hospitalaria Ribera aboga por crear un recuerdo hermoso y centrado en el cariño. Será el personal de enfermería de la Unidad de Neonatos, conjuntamente con el equipo de trabajadoras sociales; pediatras y entorno del bebé; el encargado de recopilar una serie de recuerdos que se entregarán en una caja cuando al bebé se le da el alta. Dentro de la caja que se ha diseñado pondremos, entre otras cosas, la pinza del cordón umbilical, un pequeño peluche facilitado y fabricado por voluntarios, el primer chupete, la pulserita de nacimiento, un álbum de fotos de sus primeros días (mi primera comida, mi primer baño, etc.) y una tarjeta de graduación especialmente dedicada.
Esta iniciativa, que se enmarca dentro del Plan de Humanización de Ribera, tiene como objetivo principal documentar los primeros momentos de vida de estos bebés, así como trabajar en los orígenes del bebé. “En la carta manuscrita que incluimos dejamos constancia de que los bebés han sido cuidados y mimados, que recibieron todo nuestro cariño, les abrazamos, bañamos y dimos de comer haciendo que su paso por la unidad fuera lo más cálida posible”.