Cómo hemos cambiado…

Cuántas veces hemos escuchado eso de “cómo ha cambiado Torrevieja…” El tiempo pasa y con él y los avances, las ciudades se transforman. Crecen, acogen nuevos habitantes y también algunos deciden emprender su camino en otro lugar. Cosas de la globalización, o de las necesidades. Esta semana, con motivo del Día Mundial de la Población, que se celebró el pasado martes, vamos a hacer un recorrido por la demografía de nuestra ciudad.

Día Mundial de la Población
La primera vez que se celebró fue en 1990 y es un día en el que se visibiliza el derecho de la gente a planificar sus familias y sus vidas. Fue escogido ese día porque el 11 de julio de 1987 la población mundial alcanzó por primera vez los cinco mil millones de habitantes.

Torrevieja cuenta en estos momentos con 85.045 habitantes
42.353 Hombres
42.692 Mujeres

Nuestra población, como en el resto del país, está sufriendo un envejecimiento que se está acrecentando en los últimos cinco años. El número de personas con más de 60 años supera en Torrevieja los 24.000.

¿Dónde ha nacido la gente que vive en Torrevieja?
Menos del 20% de los habitantes empadronados ha nacido en Torrevieja. El 36,71 % ha emigrado a Torrevieja desde diferentes lugares de España; el 8,19 % procede de otros municipios de la provincia de Alicante; el 0,7 % de otras provincias de la Comunitat Valenciana; y el 44,20 % ha emigrado desde otros países. Pero esta no es una situación particular en la zona. Municipios cercanos como Rojales -que ocupa el segundo lugar en España en porcentaje de nacidos en el extranjero-, San Miguel o Los Montesinos tienen una ‘radiografía’ similar.

Quizá una de las mayores riquezas de nuestra ciudad sea su diversidad. Somos un municipio intercultural en el que convivimos ciudadanos de más de 113 nacionalidades

Nosotros también nos movemos
2.056 personas nacidas en Torrevieja viven actualmente fuera de la ciudad. Y es que aunque no tenemos más datos sobre esta cifra, lo que sí sabemos es que en la primera mitad de 2017, 46.004 españoles se fueron del país. Los que regresaron en ese mismo periodo fueron 33.028, lo que supone que el saldo migratorio de los españoles sigue en negativo desde el inicio de la crisis. En cambio, en 2017 el saldo migratorio de los extranjeros ha sido positivo, superando los 52.000, lo que ha suavizado también la crisis demográfica de España.

En 2012 los ciudadanos del Reino Unido superaban los 13.000 empadronados, una cifra que contrasta con la actual, aunque continúan liderando el grupo de extranjeros. Según los últimos datos del censo, también han disminuido las cifras de alemanes, franceses y latinoamericanos que han vuelto a sus países debido a la crisis. España fue un país de acogida de migrantes en la primera década del S.XXI. El crecimiento, la economía y el auge de la construcción, junto con el aumento de la esperanza de vida, incrementaron la población en 6 millones de habitantes. La misma construcción que, fruto de la burbuja inmobiliaria, más tarde ha ocasionado la pérdida de miles de puestos de trabajo.

En términos económicos. Analizar las poblaciones y la movilidad en términos económicos exclusivamente es hacer una reflexión incompleta, pero a la riqueza que supone la diversidad de lenguas, culturas y costumbres, hay que añadirle un dato que desmiente muchos tópicos. Según publica la OCDE desde hace unos años, los inmigrantes aportan a la economía más de lo que reciben. Además, los estudios consideran sus tributaciones como un factor elemental para el sostenimiento del sistema de pensiones.

Los vecinos nos cuentan…
Todas las tardes, después de ver ‘Secreto del Puente Viejo’, se sientan al fresco en lo que ellos llaman ‘El Parlamento’. Hablan de sus cosas, de la vida y también arreglan el mundo. Hoy nos han contado a Vista Alegre cómo recuerdan la Torrevieja de su infancia y cómo ha cambiado para ellos.
Luis Huertas: Ha cambiado el 2000 %. en todo. Todas las casas eran de estas pequeñas. El terreno era de tierra. Todo ha cambiado pero aquí se nota mucho más porque el cambio ha sido para morirte.
Conchita Valero: Yo vivía aquí en el Acequión y mi marido trabajaba en el Berlín y llegaba tarde. Yo me ponía con la mecedora en la puerta y cuando él llegaba de madrugada, me iba para dentro. Vivíamos con las puertas abiertas. Todo ha cambiado, también los negocios. Mi padre era herrador y hacía las herraduras para los mulos, y cuando llegaba el verano que la gente tenía cosecha, le pagaban lo del año. Ahora ya no se lleva lo de fiar.
Fina Valero: El pueblo ha cambiado como ha cambiado todo, pero es verdad que Torrevieja ha crecido muy rápido. Antes éramos un pueblo y ahora somos una ciudad. Y ahora también hay gente de muchos países. El otro día dijeron que como un 40 % eran extranjeros. Antes conocías a todos tus vecinos y ahora no sabes ni quiénes son.
Carmen Rojas: Yo vivía en el barrio de La Punta hasta que me casé y vine al “Sequión” y de La Glorieta para “acá” era campo. Alquilábamos una bicicleta y nos íbamos a donde está ahora AFA porque había una morera y cogíamos hojas para los gusanos de seda. Antes era todo muy familiar. Cuando salíamos de misa nos íbamos a la Calle Mayor a buscar novio. Y las vecinas eran como tus tías o primas, te parabas a hablar con todo el mundo. Pero ahora está mucho más animado y a mí me gusta ver las calles así, parecen de otra categoría.

Marcos Blondeau. Francés, conoce Torrevieja desde hace 48 años. En su empresa, en Francia, había muchos españoles que se habían ido a buscar trabajo. Casualmente unos eran de Callosa del Segura. Junto a ellos descubrió Torrevieja, y su segundo verano de vacaciones conoció a su mujer, ‘La Tusa’. Vivieron en Francia hasta que él se jubiló y volvieron. “Torrevieja ha cambiado mucho. Era un sitio muy virgen, muy auténtico, donde todo el mundo se conocía, y con una naturaleza que han destruido. Aquí descubrí la pesca submarina, cogía meros, sardos, doradas… Pero lo que más recuerdo son los erizos que había y los higos. Y extranjeros no había casi, solamente recuerdo a algún inglés”.