Hoy, día 21 de julio, se celebra el Día Mundial del Perro. Y en homenaje al que dicen que es el ‘mejor amigo del hombre’ vamos a contarles una historia, una historia real de dos compañeros que se unieron hace ya más de tres años para perder el miedo a la vida a consecuencia de una de las enfermedades más extendidas de nuestro siglo: la diabetes. Sus protagonistas: María Purificación Iglesias que tiene desde los nueve años de edad diabetes tipo 1- hipoglucemia grave asintomática- y Dama, una perra cruce entre Cane Corso y podenco, que es un “DAD” (Diabetic Alert Dog) que avisa a su dueña de un inminente descenso de azúcar en sangre.
Las personas que padecen diabetes tipo 1 deben estar constantemente en alerta sobre su salud ya que la suya es una enfermedad que en muchos casos no muestra los síntomas que preceden a la hipoglucemia. Dichos síntomas pueden llegar a presentarse en cualquier momento: al conducir, en el trabajo o simplemente llevando a cabo tareas básicas de la vida como dormir.
Hace tres años Mª Purificación tras ver un programa de televisión sobre perros detectores de diabetes se interesó por este tema, recabó toda la información que pudo y se puso en marcha para conseguir tener ese compañero o compañera que la alertara de la proximidad de un ataque de bajada de azúcar que en muchos casos termina en coma con consecuencias graves. Primero adoptó a Dama de una protectora de animales con un poco más de un año de edad y al comprobar que su comportamiento era muy tranquilo contactó con una Asociación de Alicante para que valoraran si su perrita servía para el adiestramiento de asistencia personal. Este primer adiestramiento no funcionó y la frustración y el desencanto casi hizo que Puri tirara la toalla. Pero aquí aparece la tercera persona protagonista de esta historia: Alejandra Jiménez, adiestradora de mascotas que en ese momento estaba realizando un curso de esta índole en esa Asociación. Se forjó una amistad entre ellas y a lo largo de más de 8 meses consiguió que Dama detectara con unos 15 minutos de antelación una bajada de azúcar de su dueña a través de señales olfativas a distancia. Para Alejandra fue complicado adiestrar a Dama para esta función “porque normalmente primero se adiestra al perro y luego hay una adaptación con la nueva familia.” Sin embargo en este caso Puri ya tenía a su perrita por lo que se tuvo que empezar primero por la socialización, es decir, acostumbrar a Dama a todo tipo de entornos y ruido. Posteriormente llevar a acabo la asociación de olor con la saliva de su dueña y la discriminación de otros olores. Gran parte del cerebro de un perro se dedica al procesamiento de información olfativa (sensorial), eso hace que su nariz sea superior a la del ser humano. Cuando el azúcar en la sangre de una persona se eleva demasiado, produce cetonas que pueden ser fácilmente detectadas por un perro entrenado y cuando baja en exceso produce mucho nitrógeno en forma de urea que se escapa a través de los poros de la piel. Estos cambios fisiológicos pueden ser fácilmente captados por una nariz canina bien entrenada.
Dama ha sido adiestrada para avisar a Puri ante cualquier cambio en los niveles de azúcar ladrando y con contacto físico a cualquier hora y en cualquier lugar. Lo más importante es que avisa unos quince minutos antes de la bajada drástica de los niveles de azúcar, por lo que su dueña tiene un margen para prevenir la hipoglucemia y sus consecuencias. “Es mi seguro de vida”, nos dice Puri quien ha perdido el miedo que provoca esta enfermedad “me avisa constantemente hasta garantizar mi seguridad cuando sufro una crisis diabética… es un vínculo muy fuerte lo que nos une”.
Pero esta historia no acaba aquí ya que para que un perro de estas características siempre acompañe a su dueña allá donde vaya se necesita una acreditación: la de perros de asistencia personal. Un trámite lento y burocrático. Más de un año les ha costado a Puri y a Alejandra conseguir esta acreditación ya que no solo hay que presentar numerosos informes y certificados sino que hay que pasar también entrevistas y exámenes de aptitud psicológica de la persona con discapacidad y de reconocimiento de la condición de perro de asistencia tras la superación de diferentes pruebas.
La concejalía de Bienestar Social de Torrevieja ha estado pendiente de cada uno de los pasos que se han realizado para conseguir esta acreditación y ha llevado a cabo un proceso de información a comercios, sanidad y vía publica para que tengan constancia de la existencia de este perro en nuestra ciudad con el fin de que no impedir su entrada en sus establecimientos. Para Fabiana Ibarra, edil de este área, esta primera acreditación en Torrevieja supone conocer en profundidad “un tema que afecta a muchas personas con enfermedades o minusvalías y que puede suponer un seguro de vida y desde mi concejalía apoyaremos a todos los que precisen perros de alerta detectores facilitando toda la información necesaria”.
Con este mismo objetivo Puri y Alejandra ha creado la Asociación FREY, perros de asistencia y concienciación animal con el propósito de dar a conocer los beneficios de adiestrar a una mascota en muchos campos y ayudar a personas con problemas de toda índole porque, como dice la adiestradora Alejandra, es necesario que todos los canes tengan “una obediencia básica, un perro feliz es el que tiene una finalidad”.
Puri es ahora una mujer que vive su enfermedad sin miedo “con ella he ganado en autonomía y tranquilidad, antes me daba miedo quedarme sola, incluso dormía poco por si me daba un bajón y no despertaba a tiempo. Ahora eso ha cambiado”. Y todo ello porque ahora tiene a Dama que siempre esta pendiente de ella y la cuida las 24 horas del día.