Luchador empedernido supo ir superando las etapas de la vida y las dificultades eran para él una prueba más que iba dejando atrás. Así era la personalidad de José Antonio Ferrández Fructuoso quien de manera prematura nos dejaba el pasado viernes día 29 de octubre, a los 61 años de edad. «Pepe el de la charamita», como así lo conocían muchos torrevejenses debido a su implicación desde que era muy joven con la comparsa de gigantes y cabezudos de las fiestas patronales, nos decía adiós en silencio, sin alboroto, discretamente. Él no quería ser importante, disfrutaba más sirviendo las cosas en bandeja a los demás. Sacar adelante a su familia era su meta desde que apenas era un niño. Durante mucho tiempo juntaba un turno de trabajo con otro, sin descanso, sin cejar en el empeño. Desde que contaba con diez años trabajó en lugares tan conocidos de Torrevieja como la panadería del «Nesque», el Bar «Apolo», el Kiosko «Antonio», junto a su madre que estaba también en la Playa de Los Locos en el Restaurante «El Isla». Al mismo tiempo trabajaba en la Lonja del Pescado con su padre «El pelele» y con su suegro «El Pajarito» con Pescados Albaladejo. Así hasta que pudo disponer de un trabajo estable y fijo en el servicio municipal de limpieza que primero gestionaba la empresa «Cubiertas» y en la actualidad la mercantil «Acciona». En este servicio se prejubiló.
Durante 40 años ha formado parte de la charamita de las fiestas patronales de La Purísima. Comenzó cuando tenía 17 años a formar parte de la comparsa y desde hace ya bastantes años estaba al frente de la misma. Como recuerdan sus hijos, «la charamita era parte de su vida y estaba deseando año tras año que llegaran estas fechas tan significativas». Fue inculcando a todos sus hijos el valor y el sentimiento de las fiestas patronales y hoy son ellos quienes portan a Lyly, el Lobo y el Ogro, que hacen felices a todos los niños y niñas de Torrevieja generación tras generación.
La Cofradía de Nuestra Señora de La Piedad ha sido otro referente en su vida. Desde hace 25 años ha venido portando el trono cada jueves y viernes santo. Tanta era su devoción a La Piedad que supo implicar a sus hijos y nietos, llegando a completar todos ellos un varal del paso.
Apaex ha sido su casa durante 11 años como presidente y en total ha dedicado 21 años a la entidad. A través de ella se dedicó a prestar su ayuda, su mano amiga, a todas las personas que lo necesitaban. Todo lo dejaba a un lado para atender a una persona que tuviera problemas a los que poder ofrecer una solución. Así era Pepe Ferrández, todo corazón y amor a su familia y las personas que lo rodeaban.
Desde VISTA ALEGRE trasladamos el pésame y la más sincera solidaridad a su esposa, Pilar Soriano; hijos, José, Samuel, Aitor, Rubén, Darío y Amelia; Hijas políticas, Leire, Agustina y Olga; Madre, Manoli Fructuoso; Nietos José, Ainara y Noa; Hermanos, Ana, Joaquín Manuel y Mariano, hermanos políticos, sobrinos, primos y demás familia.
Descanse en paz.