Esta semana comenzaron las visitas guiadas a las salinas de Torrevieja, un hito histórico para una actividad turística que por fin se ha logrado tras la intervención de la concejala de Turismo y Medio Ambiente, Fanny Serrano, para conseguir los trámites administrativos necesarios para que la empresa arrendataria, Salins du Midi, abra las puertas y los secretos de las salinas al público. Hasta el 30 de septiembre podrás realizar esta visita de 50 minutos en el trenecito. Hoy te vamos a contar qué podrás ver en este fascinante viaje por la planta de producción salina más grande de Europa.
La excursión
Las salinas siempre han sido una parte de nosotros, de nuestra cultura y en muchos casos de nuestra familia -por su importancia en la economía local-, pero también han sido unas grandes desconocidas. Sabemos que tienen un lago rosa, que hay unas enormes montañas de sal (llamadas coloquialmente ‘garberas’), pero… ¿cuántos hemos tenido la oportunidad de ver todo esto de cerca, de conocer su historia, de tocar la sal y descubrir que no, que aunque de lejos lo pueda parecer, no son de nieve? Hoy vamos a hacer esta excursión junto al primer grupo de turistas que ha visitado las salinas.
Las salinas producen distintos tipos de sal marina que se comercializan en el mercado nacional e internacional. Casi el 50% de su producción se exporta. Los principales destinos son los países del norte de Europa y ocasionalmente Estados Unidos. Entre sus miles de usos se encuentra el deshielo para carreteras, la industria textil, la química para la fabricación de plástico o vidrio, la industria farmacéutica y principalmente, la alimentación humana.
Junto con el Hondo y las salinas de Santa Pola forman el triángulo de humedales del sur de Alicante que destaca por su avifauna y las especies vegetales. Su importancia en el desarrollo de los ciclos biológicos de diferentes especies hace que algunas utilicen las salinas tanto en sus migraciones como en su nidificación o invernada. Destacan la cigüeñuela o el chorlitejo patinegro, y gaviotas como la de Audouin o la picofina.
Ubicadas en el Parque Natural de las lagunas de La Mata y Torrevieja, y con una superficie de 2.100 Ha -700 Ha ocupadas por La Laguna de La Mata y 1400 Ha por la de Torrevieja-, las salinas ocupan el 55% del municipio de Torrevieja. Su origen se debe a unos movimientos geológicos que dieron lugar a dos depresiones que se convirtieron en las actuales lagunas.
El color rosado de la laguna se debe a tres cuestiones: la presencia de unos pigmentos que poseen una especie de bacterias -halobacterias- que habitan en medios con alta salinidad; la Dunaliella salina -un alga que produce un pigmento denominado caroteno-; y la Artemia salina, que al alimentarse de halobacterias y dunaliella salina, adquiere ese color.
El sistema de producción de sal marina consiste en conseguir que el agua de mar alcance mediante la evaporación solar unos niveles en los que la sal se cristaliza. Para ello se introduce agua de mar en la laguna de La Mata y desde ella se trasvasa a la de Torrevieja, donde la salmuera -agua muy concentrada en sal- alcanza los niveles deseados y la sal se cristaliza y deposita en el fondo de la laguna. Cuando tiene un determinado espesor se extrae con una máquina y una cuchilla que arranca la sal del fondo. La sal se carga en barcas y se arrastrada con remolcadores hasta ‘la isla’, donde se hace el primer lavado y se envía en la cinta transportadora al ‘lavadero’. Allí se criba la sal y se vuelve a lavar. Finalmente se juntan en montones mediante un apilador de dos alas conocido como ‘el pájaro’.
Podrás subirte a una montaña de sal donde se ha preparado un mirador desde el que se contemplan unas vistas panorámicas espectaculares. Las montañas o garberas pueden alcanzar los 20 metros de altura, lo que equivale a un edificio de 7 plantas. Su forma triangular facilita la evacuación del agua de lluvia. Al llover se forma una costra en la superficie y el agua resbala sin penetrar en el interior.