“Savoir-faire” en el concierto homenaje a Francisco Casanovas.

El pasado jueves 18 de noviembre, el Auditorio del Palacio de la Música se vistió de gala para el Concierto Homenaje a Francisco Casanovas, el primero de los que el Instituto Municipal de Cultura pretende instaurar anualmente para rendir tributo al Maestro. Y qué mejor forma de empezar el ciclo que con nuestro flautista más destacado, Jordi López.

Quienes asistimos al espectáculo pudimos apreciar no sólo el mimo con el que se ideó este concierto, sino la calidad de sus intérpretes. Según rezaba el programa de mano, se quiso recuperar el espíritu de las Schubertiadas que, en el Romanticismo, reunían a una serie de amantes del Arte para disfrutar de diversas disciplinas artísticas.

Por una parte, esta propuesta fue exquisita en su forma y en el fondo. Abrió la velada la torrevejense María Teresa Martínez Hidalgo, quien haciendo las veces de recitadora, dio vida a los textos de Pierre Louÿs en las “Canciones de Bilitis”, para posteriormente arrancar la ovación del público interpretando el poema de Picasso “24-28 Noviembre XXXV”. Estamos contentos que haya vuelto a casa y haber disfrutado de su exquisitez interpretativa.

El bailarín sevillano Cristian Sandoval nos sorprendió con dos coreografías contemporáneas para dos piezas clave dentro del programa, que mostraron su plasticidad ante unas partituras, a priori, complejas. Música y danza en estado puro.

Pero quienes verdaderamente llevaron el peso del espectáculo fueron la flauta y el piano. La pianista madrileña Rosalía López, mostró una plasticidad exquisita y un conocimiento exhaustivo de la función del piano en un repertorio como el que nos ofrecieron, muestra de ello fue el caluroso aplauso que recibió no sólo del público asistente sino, de la insigne pianista Rosa Torres-Pardo en el ensayo general de este concierto que tuvo lugar dos días antes en Madrid.

Pero si de alguien debiera estar orgulloso el maestro Casanovas, sería de Jordi López. Nuestro flautista torrevejense, descendiente de su escuela, quien nos ha sorprendido durante los últimos años con un ascenso cualitativo en su carrera, la cual este semanario ha seguido muy de cerca.

Todavía tenemos en mente los artículos publicados cuando Jordi fue flautista de la Orquesta Mundial de Juventudes Musicales, con la que ha visitado 4 continentes y participado en conciertos desde las salas más exquisitas de Europa (Philharmonie Berlín, Konzerthaus Viena, Muziekgebow Amsterdam…) hasta el pueblo más olvidado en el desierto de Zacatecas (México), la comunidad Zulú en Sudáfrica (durante mucho tiempo oprimida por el Apartheid) o dando conciertos para los refugiados de la Guerra del Líbano en Chipre. No dejó de sorprendernos con su habanera “El ausente”, obligada en el Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía, que despierta un amor hacia nuestra tierra en todo aquel que la interpreta y la escucha.

Tras un período en el que Jordi dirigió diversos espectáculos como “La Celia” espectáculo biográfico de la vedette Celia Gámez (producción del Teatro Maipo de Buenos Aires), “La Viuda Alegre” (producción del Teatro Arriaga de Bilbao), la “Historia del Soldado” de Stravinsky (en el Festival de Pollença y en el Festival de los Canales de Amsterdam) o el “Carmina Burana” de la Fura dels Baus, hace dos años obtuvo la plaza de flauta en ADDA·Simfònica, la Orquesta Sinfónica de la Diputación de Alicante, sin duda la formación orquestal con más proyección de España, que tanto la crítica nacional como internacional han bautizado como el “milagro sinfónico español”. Y es aquí donde semana tras semana, proyecto tras proyecto ha conseguido alcanzar un nivel comunicativo de una gran exquisitez.

En este recital exhibió su control expresivo e interpretativo en diferentes estilos, con su sonido robusto y brillante, comenzó con un alarde dinámico y finura en la consecución de la línea melódica en las “Canciones de Bilitis” de Claude Debussy, rotas por los sorprendentes recursos técnicos contemporáneos en “Hatching Aliens” de Ian Clarke. Multifónicos, octavas simultáneas, recursos guturales y fuerza arrebatadora en su interpretación hicieron que el público quedase atónito ante semejante partitura. Lejos de quedar en un repertorio menor, Jordi nos ofreció una interpretación soberbia de “Introducción, Tema y Variaciones Trockne Blümen” de Franz Schubert, aunque la sorpresa fue escucharle cantar “La muerte y la doncella” y “Flores secas”, los dos lieder en los que esta colosal obra flautística está basada. Melodías infinitas, técnica depurada, comunión total con el piano e incluso la interpretación de ésta con una cabeza de madera que nos acercó a la sonoridad de la época, fueron las claves para que el público enfureciese con esta piedra angular del programa.

La segunda parte del recital estuvo compuesta por dos piezas icónicas del repertorio. “El mirlo negro” de Olivier Messiaen, que en una descripción pormenorizada del canto de este pájaro, obliga al intérprete a mostrar la mayor de las ligerezas en su capacidad articulativa al igual que  una atención exhaustiva a la línea onírica de los compases compuestos de su zona central. Pero si a algún sitio tenía que conducirnos este recital era a la zona de confort y expresividad máxima de los dos músicos. Tanto Rosalía como Jordi demostraron con la “Sonata” de Poulenc que no tienen límites, que están liberados de las ataduras de las líneas divisorias y que formaban un único ente sonoro, un único instrumento para lograr un éxtasis comunicativo en esta gran obra del  neoclasicismo expresionista. Desde la sutilidad de la primera nota, pasando por la precisa articulación, pero sobre todo al extremo en las dinámicas y la plasticidad absoluta en el mensaje hicieron que el público se alzara unánimemente para aclamar a estos dos músicos a quienes auguramos un futuro más brillante, si cabe.

Si bien el recital comenzó como un canto a la feminidad desde los textos de Pierre Louÿs con música de Debussy, en agradecimiento al calor recibido por el público, María Teresa, Rosalía y Jordi, interpretaron como bis “An Sylvia” de Schubert, otro canto a la mujer, un lied que muestra una energía positiva sin límites, demostrando la pureza que poseen las líneas melódicas del genio austríaco.

No se nos puede pasar por alto tampoco el mimo con el que cuidaron los cuatro artistas su vestuario, con ropa del diseñador japonés Yohji Yamamoto y de las colecciones Plissé y Homme Plissé del también japonés Issey Miyake.

Entre los asistentes al recital se encontraban junto a una amplia representación de la Corporación Municipal encabezada por el Concejal de Cultura Antonio Quesada,  Josep Vicent (Director del Auditorio de la Diputación de Alicante y Titular de ADDA·Simfònica), Ana Alcaraz (Catedrática de flauta del Conservatorio Superior de Música “Oscar Esplá” de Alicante) y Juan Francisco Cayuelas (ex Catedrático de flauta del Conservatorio Superior de Música “Manuel Massoti Little” de Murcia y ) alumno y biógrafo  del Maestro Casanovas . Dicen de este recital:

“Un homenaje al maestro Casanovas en el que Jordi López nos trasladó a las shubertiadas a través de los colores, los matices, los diferentes estilos, haciendo gala de su versatilidad técnica, de su energía y sobre todo de su capacidad para emocionarnos” (A. Alcaraz)

“Ha sido una velada deliciosa, con un gran alarde técnico y artístico de Jordi López y sus partenaires en un programa exigente y variado que se convirtió en un deleite para los sentidos del oído y la vista más refinados, como habrían sido los del añorado Maestro Casanovas, quien, me atrevo a decir se habría sentido muy halagado y habría disfrutado mucho con este nuevo Concierto en su Homenaje” (Juan F. Cayuelas)

Como suma a esta velada, también queremos hacer eco de la participación activa de Jordi en el gran acontecimiento musical de nuestra provincia, la Nueva Producción de la ópera Carmen de Bizet del ADDA de Alicante, como punto culminante de la celebración de su Décimo Aniversario, que tantos halagos está recibiendo por parte de los asistentes y por la crítica especializada. Con dirección escénica de Emilio Sagi y musical del Maestro Josep Vicent, Jordi trabaja codo con codo con el maestro alteano siendo su Asistente Musical, como ya lo hiciese anteriormente con otros maestros en teatros de ópera como el Colón de Buenos Aires, el Municipal de Santiago de Chile, la Ópera de Nanjing (China), el Teatro de La Monaie de Bruselas o el Gran Teatre del Liceu de Barcelona.

Desde Vista Alegre, nos alegramos que nuestros embajadores artísticos formen parte de las acertadas apuestas culturales de nuestra ciudad, llevando el nombre de Torrevieja dentro y fuera de nuestras fronteras.