Música noble, romántica (y no solamente), al violín y a 4 manos.

Antoni Jakubowski – Crítico musical

El violinista STANISLAV TKACH y dos simpatiquísimas pianistas; OLGA KHODZHATULLINA y KARIN KRAUSE, presentaron durante el concierto de cámara celebrado en el Palacio de la Música un programa de romanticismo en estado puro, dejando al público en un ambiente de la cercanía de la Navidad. Las distintas piezas fueron enfocadas con un propósito, que cubrió desde la nobleza de F. Chopin hasta los momentos rítmicos, alegres y divertidos de F. Schubert, S. Joplin y V. Monti, pasando por los sensibles momentos de P. Tchaikovsky.

Para los artistas actuar en cualquier dúo debería ser, sobre todo, una gran alegría de hacer música juntos, enseñar la sensibilidad al otro músico, así como la responsabilidad mutua en preparación e interpretación de la obra, lo que forma parte de mayor desafío en la música de cámara.

En el comienzo del concierto, las dos pianistas (Khodzhatulina & Krause) ofrecieron un arreglo para 4 manos de la famosa “Polonesa” A -Mayor op 40 no 1 de F. Chopin, tratando de introducir en la sala una atmósfera de dignidad y seriedad típica para esta música. Mientras escuchaba la obra, no podía dejar de pensar en una declaración de mi profesor, quien decía que las diferencias entre un desempeño ordinario y extraordinario radican en los detalles.

Fue una velada simpática y agradable, que nos mostró a los tres artistas, con un programa atractivo y variado, que me mantuvo en ……. suspenso durante toda la duración del concierto. Desde siempre se ha sabido que oír una buena música puede mejorar el estado de ánimo. A pesar de todo, después de esta velada llegué a mi casa lleno de optimismo y de buen humor.