La Junta Mayor de Cofradías se encuentra inmersa en las celebraciones cuaresmales y por este motivo el pasado domingo tuvo lugar la Misa Cuaresmal celebrada en la Parroquia de la Inmaculada. En la misma, que fue oficiada por el párroco, Manuel Martínez Rocamora, se contó con la participación musical de Adrián Vallejos como saxofón alto, Marcos Sánchez en la percusión y Aurelio Martínez al órgano. También se interpretaron varias marchas identificativas de las cofradías torrevejenses, como “María Santísima” del compositor Ramón Torres, “Al Cristo Yacente” de Francisco Grau o “La Última y Sagrada Cena” del propio Aurelio Martínez. También se ofreció el “Adagio para una Misa” de Francisco Palazón y un fragmento de la “Pasión según San Mateo” de J.S. Bach. Estuvieron presentes con el presidente de la Junta, Francisco Beltrán el concejal de Cultura, José Antonio Quesada y otros ediles de la corporación municipal. Tras la Misa la concejal de Participación Ciudadana, Inmaculada Montesinos y el presidente de la JMC, Francisco Beltrán depositaron una corona de flores ante el monolito en memoria de los cofrades difuntos del Cementerio Municipal.
REUNIÓN CON EL ALCALDE
También en días pasados tuvo lugar una reunión con el alcalde, Eduardo Dolón en la que recibió al nuevo equipo de gobierno de la Junta Mayor de Cofradías. Este encuentro sirvió para hablar, entre otros temas, de la organización de las procesiones de la próxima Semana Santa. El alcalde deseó a la nueva Junta Mayor suerte, y les trasladó que «cuentan con el total apoyo del Ayuntamiento».
En la reunión estuvieron también la vicealcaldesa, Rosario Martínez, el concejal de Cultura, José Antonio Quesada y el concejal de Seguridad y Emergencias, Federico Alarcón.
VÍCTOR GARCÍA REALIZA UNA BRILLANTE RESTAURACIÓN AL CRISTO DE LA CAÍDA
La imagen del Cristo de la Caída, titular de la cofradía del mismo nombre, ha sido sometida a una importante restauración con brillante resultado a cargo del escultor torrevejense, Víctor García Villalgordo. La imagen realizada en el año 1954 por los también torrevejenses, escultores Rafael y Fulgencio Blanco, sufría varias dilataciones y desprendimientos del estuco por causa del paso del tiempo y de los cambios bruscos de temperatura. También era evidente el desgaste y las carencias producidas en el policromado de la venerada imagen y la suciedad acumulada del propio polvo de la atmósfera.
Víctor García ha practicado a esta imagen, una de las más queridas de la Semana Santa salinera, una limpieza superficial, reposición de carencias del estuco y cierre de dilataciones. Se han incorporado espinas en madera en la corona y se ha vuelto a policromar las zonas reintegradas. El Señor por último ha sido protegido por una capa protectora de cera para su futura conservación.
También por este motivo se ha tallado una réplica de su cruz, está un poco más corta (Cruz de camarín) para el altar de cultos de su nueva sede canónica que será la Parroquia de San Pedro y San Pablo.