La artista manchega actuó el miércoles en el Auditorio de Torrevieja. Inmersa en la gira de su tercer disco, ‘Cuando el río suena’, hizo un hueco en su apretada agenda para conversar antes del concierto con Vista Alegre.
Risueña, fresca y con una gran versatilidad musical, con este trabajo, Rozalén, psicóloga de formación, ha dado un paso firme en el panorama musical. Y es que su último trabajo, que incluye la famosa ‘Girasoles’, es una búsqueda personal en la que se ha sincerado, como nunca, ante el público. Es su historia, la de su familia y probablemente la de muchas otras. Y ella, con valentía y respeto, le canta a las emociones y ahonda en temas que todavía siguen dividiendo.
Vista Alegre.- Llegas a Torrevieja con un disco íntimo y personal que has calificado como ‘valiente’. ¿Qué tiene este trabajo que no tienen los anteriores?
Rozalén.- Creo que es el disco donde más me he desnudado a todos los niveles, donde más he dicho lo que realmente pienso de las cosas y donde más hemos arriesgado con los estilos musicales. Es el trabajo del que más orgullosa me siento. Supongo que también porque es el último, pero he sentido más que nunca cuando componía las canciones.
V.A. En el aspecto musical, es un disco con muchas influencias folclóricas. ¿A quiénes ha escuchado María de los Ángeles para ser la Rozalén de la que hoy disfrutamos?
R. Empecé tocando folclore manchego, jotas manchegas, seguidillas y la música de rondalla. Mi madre me cantaba copla y yo escuchaba a los cantautores desde niña. También he escuchado mucho rock, mucho rap, mucho punk. La verdad es que he escuchado de todo, y por eso a la hora de componer se notan todas esas influencias.
V.A. Arrancaste la gira en Murcia y en estos meses has actuado en todo tipo de escenarios. ¿En qué formato te sientes más cómoda?
R. Yo me siento cómoda en todos los escenarios en los que hay respeto. Los bares son maravillosos, tocar para poquitos es maravilloso, muy íntimo. Tocar en el salón de casa para tus colegas es genial y tocar en un festival o en un teatro muy grande, es brutal. Siempre se sienten muchas cosas, por eso ese aspecto me da un poquito igual. Yo sé lo que siento cuando subo al escenario, que es cuando más plena me siento, así que ya, lo que haya delante, da más igual.
V.A. Una intérprete de lengua de signos en tus conciertos, cantos reivindicativos, respetuosos y, sobre todo, para reflexionar y empoderar. Rozalén sabe visibilizar a los más vulnerables, a los olvidados. ¿Tiene esto algún coste en la industria musical?
R. Yo creo que no, creo que de hecho es lo que a la gente le gusta de nosotros y lo que espera, porque es lo que hacemos desde el principio. Además, a mí lo que más me gusta son los artistas comprometidos, y tienen bastantes seguidores.
V.A. ¿Qué te dijo tu abuela al escuchar parte de sus vivencias, tan personales, cantadas con tanta sensibilidad y desgarro?
R. Mi abuela yo creo que está contenta. Al principio ella y mis padres creo que tendrían el mismo miedo que tenía yo. Pero cuando las cosas se cuentan así, de verdad y de corazón, es complicado que no calen. Yo creo que mi abuela se siente muy orgullosa porque a sus casi 90 años le han puesto una cámara delante y la gente está escuchando lo que dice. Eso es lo que les debería pasar a todos los abuelos, a nuestros mayores.
V.A. Es cierto. Cuánta historia, de la de verdad, nos estamos perdiendo por no escuchar más a nuestros mayores…
R. Sí, nos estamos perdiendo lo más inspirador de todo que son las historias de la gente que ya ha vivido, y que son los que más nos pueden enseñar. Pero sobre todo, yo esto lo he hecho porque me estaba buscando a mí misma. Me di cuenta de que para eso lo que había que hacer era sentarse frente a tus padres y tus abuelos, para saber de dónde venimos, para entender la razón por la cual nosotros somos así.
V.A. Por cierto, ‘Justo’ acaba con una habanera, y Torrevieja es la cuna de las habaneras y de grandes coralistas, ¿lo sabías?
R. Sí, lo sabía, así que espero que cuando cantemos ‘Justo’, cantemos todos juntos la habanera ‘La caña dulce’ y así recordamos todos, a la vez.