A 6.117 kilómetros de Torrevieja Juanjo Caselles culmina hoy, 25 de agosto de 2018, su reto ‘Mil + 1 de Orihuela a Manhattan’. Este joven de Orihuela que durante una etapa de su vida residió en Torrevieja, la ciudad donde ahora veranea y donde empezó a nadar, comenzará a las 14.30 hora española la travesía ‘20 Bridges Manhattan Island’ en la que nadará 45 km rodeando la isla neoyorkina en una de las tres pruebas que componen la Triple Corona, la mayor competición de natación en aguas abiertas.
Su vida cambió hace 20 años cuando se inició en la natación en las piscinas del Paseo Juan Aparicio de Torrevieja tras una recomendación médica para mejorar su displasia de caderas. Ahí Juanjo entendió que aunque a partir de ese momento iba a necesitar una muleta para caminar, solamente él decidiría sus pasos. “Quiero que cuando a unos padres les ocurra lo que les pasó a los míos conmigo, sepan que su hijo puede hacer deporte, estudiar, hacer una vida normal y hasta participar en competiciones como esta”, nos dice el nadador del Club Aquarium.
Este trabajador social de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica -COCEMFE- será uno de los 15 nadadores que participen en esta selecta prueba en la que él será el único participante con discapacidad. Juanjo es el segundo español en lograrlo tras haber sido seleccionado entre las cientos de solicitudes que recibe la organización.
Vista Alegre – ¿Cómo se prepara una prueba de este nivel?
Juanjo Caselles – Tienes que tener una preparación física y mental muy buena porque es duro aguantar 8 o 10 horas en un río o en el mar. Yo suelo nadar entre 25 y 35 km por semana, de lunes a viernes en piscina y los sábados o domingos me junto con más nadadores y hacemos entrenamientos en el mar. Siempre vamos acompañados de un kayak de seguridad y ahí ya vamos probando la comida y bebida que luego tomamos en las travesías. Es importante saber que lo que te llevas no te va a sentar mal.
V.A.- ¿Qué llevarás de comer y beber?
J.C.- Tomaré una bebida de carbohidratos que se llama Vitargo, que es como si te comieras un plato de pasta mientras nadas. De sólido comeré plátanos, barritas, dátiles y otras cosas que iré combinando en cada parada. Tenemos que beber mucho, aunque no tengamos sed.
V.A.- ¿Cómo organizas la logística de una prueba de esta envergadura?
J.C.- La organización te pone un kayak y un barco de apoyo por nadador, y nosotros nos llevamos a las personas que nos acompañan durante el recorrido. Yo iré con dos compañeros de COCEMFE y ellos irán en el barco y serán los que controlen el avituallamiento con la nota que les daré explicándoles cuándo parar para comer y beber. Podremos parar pero no agarrarnos al barco ni al kayak. Los días previos, cuando lleguemos a Nueva York, iremos a ver el recorrido y analizaremos las paradas y cada cuánto las haré, que seguramente serán cada 45 minutos porque no debemos prolongarlas mucho. Es una competición, todos vamos a intentar terminarla y algunos imagino que buscarán ganar.
V.A.- ¿Cuáles son las principales dificultades que os podéis encontrar?
J.C.- En cuanto a las corrientes, nosotros empezaremos a nadar a las 7.30 y hasta las 12 aproximadamente no se empezará a mover el aire. Hay un tramo en el rio Hudson en el que se genera un viento en contra que levanta una especie de ola que crea una contracorriente y ahí será un poco complicado porque ya llevaremos varias horas de nado. Otro aspecto será la contaminación del agua porque son tres ríos muy contaminados, por eso me he tenido que poner algunas vacunas. Además, el fuerte calor que va a hacer con una temperatura del agua por encima de los 25º supongo que nos pasará factura; y al no estar muy limpio, no se va a ver prácticamente nada debajo del agua.
V.A.- Y lo de no ver nada debajo del agua, ¿cómo lo llevas?
J.C.- Mentalmente tienes que ser fuerte. Cuando me meta en el agua pueden aparecer muchos miedos y ahí tendré que coger fuerzas pensando en la gente que me ha apoyado este año.
V.A.- ¿Qué objetivos tienes haciendo esta prueba?
J.C.- La idea surge porque hace 20 años empecé a nadar y durante este tiempo en el que me ha apoyado tanta gente, quería participar en un evento así como agradecimiento a toda esa gente. Además, quiero que se tome conciencia y se vea que las personas con discapacidad también podemos marcarnos grandes retos. En mi caso la natación empezó como una motivación y 20 años después estoy en Manhattan. Es importante que se apoye el deporte adaptado.