El Día Mundial de la Salud Mental se lleva conmemorando 26 años. Es una apuesta por la visibilización porque solo hablando de estas enfermedades podremos acabar con el tabú que las rodea y llegar a normalizarlas. Para entender la importancia de esta fecha, marcada por el calendario como el 10 de octubre, solo tenemos que fijarnos en algunos de los datos que nos da la Confederación de Salud Mental de España. En ellos se indica que este estigma afecta al 20% de la población. Es decir, 1 de cada 5 españoles ha sufrido o sufrirá algún tipo de problema de salud mental a lo largo de su vida.
Hablar de salud mental es hacerlo de depresión, ansiedad, trastorno bipolar, esquizofrenia, estrés… La Organización Mundial de la Salud estima que la mitad de esos problemas comienzan antes de los 14 años –el 75% antes de los 18- pero en la mayoría de los casos ni se detectan ni se tratan, lo que con el paso del tiempo agrava sustancialmente la situación. Además, el 30% de jóvenes sostiene que ha tenido o cree tener algún tipo de problema de salud mental durante el último año.
Es por eso que el manifiesto que conmemora este año el Día Mundial de la Salud Mental lleva como título “Educación inclusiva, salud mental positiva”. Un documento en el que participan numerosas personas y entidades del Estado español y de todo el mundo y que recoge cuestiones tan importantes como “la salud mental es parte integral de la salud y que no hay salud sin ella”. Con este lema se incide en que la educación inclusiva es fundamental en la prevención de los problemas de salud mental.
Es la Asociación para la Defensa e Integración de Personas con Enfermedad Mental de la Vega Baja (ADIEM) quien gestiona el Centro de Rehabilitación e Integración Social (CRIS) de Torrevieja. Ellos, que son los más implicados en dar oportunidades a las personas que padecen estos trastornos, conmemoraron este Día con la presencia del alcalde, José Manuel Dolón, y el concejal de Presidencia, Domingo Soler. El primer edil animó a los asistentes a seguir luchando para enfrentarse a este problema y superarlo juntos. “Tenemos que asumir que la enfermedad mental forma parte de nuestra sociedad. No se trata de un tema sanitario sino de convivencia y de aceptación. Tenemos que darnos la mano entre todos y hacer un esfuerzo por la gente que la padece”, dijo, añadiendo que una de las principales causas de estos trastornos es el estrés y un nivel de vida precipitado.
Tras la lectura del manifiesto, que se leyó en varios idiomas, se celebró una tertulia sobre la educación inclusiva en la que participaron la profesora del Instituto Gabriel Miro de Orihuela Carolina García, la alumna de psicología Gema Gisbert, y las trabajadoras de ADIEM Chus Rodrigo y María Segura. Todas ellas compartieron con los presentes sus diferentes puntos de vista para mejorar la situación de los alumnos con necesidades especiales en el sistema educativo actual. Para ello, Carolina insistió en el trabajo cooperativo, mientras que Gema destacó la notable evolución de la inclusión educativa y el gran trabajo de distintas asociaciones como ADIEM.
Según explicó Carolina, al detectar alumnado con problemas para socializar u otras dificultades, se intenta ayudar con todas las herramientas posibles. “Hay más casos en la enseñanza segundaria que en la superior”, aseguró. Aun así, la profesora animó a los jóvenes a acceder a la enseñanza y seguir adelante con sus estudios. Gema insistió en que había que trabajar en la prevención de los problemas de salud mental, aunque ya existen programas de este estilo como “Descubre”, del que forma parte Chus. Consiste en charlas que se dan sobre todo en los centros de educación secundaria. “Se dividen en dos partes, una más seria y profesional que explica en qué consiste la salud mental y la otra, en la que algunos compañeros cuentan sus propias experiencias”, indicó. La trabajadora de ADIEM destacó el especial interés de los alumnos en aprender sobre el tema. “Son conscientes de que no se trata de una charla cualquiera, se quedan escuchando. Son historias que les conmueven”, añadió. Además, Chus habló sobre las personas, especialmente jóvenes, que sienten que algo no va bien. “Tienen que pedir ayuda. Nadie es mejor ni peor por eso. No es algo que se elige”, concluyó.
Las tres consideran que la educación es la herramienta más efectiva para prevenir los problemas de salud mental. Por otro lado, el manifiesto insiste: “Hablemos con naturalidad de los problemas de salud mental en los entornos familiares, educativos, laborales y sociales y apoyemos suficientes recursos para desarrollar políticas efectivas a la educación inclusiva”. La proclama concluye en que “la educación es un derecho no un privilegio”, algo que deberían defender también, según el documento, los medios de comunicación, las sociedades científicas, las empresas, los estudiantes y los profesionales de la salud, de la atención social, de la educación, del empleo, etc.
El vicepresidente de ADIEM, Eduardo Riesco, fue el encargado de cerrar el acto con unas emotivas palabras de agradecimiento a todos los presentes. “La gente piensa, ‘esto no va conmigo’, pero lo mejor que pueden hacer los demás es colaborar. Es importante que todos reflexionemos. Las personas con una enfermedad mental tienen el mismo derecho a educarse y trabajar que los demás. Por eso, las empresas tienen que colaborar con salud mental”, manifestó.