Adiós al maestro calafate torrevejense Manolo Martínez Muñoz.

El pasado día 2 de marzo, falleció a los 88 años de edad, en Badalona, donde vivía junto a su familia, el maestro calafate Manolo Martínez Muñoz. Manolo aprendió su profesión en la playa de la Cala Cornuda de Torrevieja, luego desaparecida debido al relleno del puerto. Tuvo por primer maestro al “Tio Cherone“ padre de Antonio “El Isla“, y bajo sus enseñanzas trabajó en la construcción de la goleta sencilla o pailebot de dos palos nombrado “ Estrella del Mar “, su primer barco de importancia, de entre las innumerables embarcaciones de todo tipo que pasaron por sus manos.

Desarrolló este trabajo, junto con el de pescador y salinero cuando era necesario, y hacía el año 1959 fue a trabajar a los Astilleros de Santa Pola donde permaneció hasta el año 1962. Este año decidió emigrar e ir a trabajar de calafate a los astilleros de Marsella, para lo que partió junto a su cuñado, también maestro calafate, Luís Rodríguez Valero. Llegados a Barcelona donde tenían previsto hacer parada en la Hermandad de Torrevejenses Ausentes, sita en el barrio de la Barceloneta, por mediación de los patronos de barco que allí acudían, fueron contratados en los Astilleros Viudes, pues no contaban por entonces con verdaderos y cualificados calafates. Luís Rodríguez, llegó a ocupar el puesto de encargado general del astillero.

Estos astilleros formaban parte de una larga tradición de construcción naval barcelonesa, estaban situados en el puerto de Barcelona, concretamente en el Muelle del Reloj, posteriormente comenzaron también la construcción de yates y patrulleros para la Armada Española. En 1991, tanto Luís como Manolo trabajaron en la construcción de la réplica de la Nao Santa María que allí se hizo. En 1992 con la remodelación del puerto de Barcelona debido a las Olimpiadas y el Cierre de los astilleros, continúo su trabajo artesano como autónomo, junto a su hijo Ricardo, en un taller propio en la playa de Badalona.

 Se nos ha ido para el último viaje en la mar, un hombre bueno y trabajador incansable, orgulloso y amante de su pueblo y de su oficio , en palabras del escritor Josep Pla, “uno de los que han creado las cosas más bellas, más gráciles y más elegantes del mundo “. Hasta siempre, descansa en paz Manolo.