La número 74 desde su fundación

Ars Creatio presenta su revista de primavera 2024

Luis Miguel Gutiérrez mostró la impresionante naturaleza de Islandia

El viernes 26 de abril, tuvo lugar en el Palacio de la Música, y que contó con la presencia de los concejales Federico Alarcón y Sandra Sánchez, fue presentado el número 74 de la revista cultural digital Ars Creatio, correspondiente a la primavera de 2024.

La portada, segunda de la serie que para este año ha cedido la artista y profesora Olga Sánchez Andréu, es una pintura del puente de sillería del Acequión, que data de finales del siglo xv, un lugar que, pese a estar algo escondido, siempre hay que reivindicar y proteger. Para la autora, este óleo sobre lienzo expuesto por primera vez en 1992 tiene un significado especial. En sus propias palabras: «Con un estilo propio, técnica precisa, realismo con un filtro personal del color que engrandece el motivo, se podría decir algo impresionista en aquellos años, pincelada muy suelta, colores luminosos donde destacan los azules, ocres, anaranjados y los blancos, colores complementarios que durante toda mi trayectoria son fundamentales en mis obras». Este cuadro adorna hoy las paredes del hogar de José María Andréu Montesinos, el Cano, que en aquella época fotografiaba toda la obra de Olga Sánchez.

María Luisa Molina, directiva de Ars Creatio, después de un sugerente recorrido por los próximos actos previstos por la asociación cultural, desglosó el contenido de este número, al que se puede acceder en la dirección electrónica https://arscreatio.com/revista/. Por el habitual orden alfabético, las secciones quedan distribuidas como sigue:

En arqueología, Rafael Sabio, director del ARQVA (Museo Nacional de Arqueología Subacuática) nos lleva de visita por este lugar único, por recoger también objetos de aguas continentales, no sólo marinas.

Los artículos científicos llevan las firmas de Rosa Ballester (historia de los pulmones de acero), Juana Fernández López (aprovechamiento de subproductos agroalimentarios), Estrella Sayas (características nutritivas de los dátiles) y Berta López Sánchez-Laorden (consejos para disfrutar del sol).

Protagonizan los artículos de historia dos torrevejenses, uno de adopción y otro de nacimiento. Juan Antonio Pujol recuerda la figura del ornitólogo James MacIvor y la labor desarrollada en nuestra ciudad; y Consuelo Jiménez de Cisneros aporta diversos aspectos sobre Joaquín Chapaprieta, con la referencia recogida en el libro Otros alicantinos ilustres, de próxima presentación.

María Clemencia Botero (en su primera colaboración con esta revista) y Rosalía Estela Salas, ambas hispanohablantes de allende el Atlántico, traen la reflexión en forma de poemas.

Raimundo Martín Benedicto, Alicia Jaime Pérez, Manuel Pérez García y Diego Paredes Salmerón son los autores de los cuatro relatos que incluye este número de primavera.

No falta el correspondiente capítulo de noticias generadas por la asociación Ars Creatio durante el pasado invierno.

Como acto central de la sesión, tuvo lugar la charla «Persiguiendo auroras boreales en Islandia», a cargo de Luis Miguel Gutiérrez Pérez, neurobiólogo, artista plástico y astrofotógrafo (forma parte de la Asociación Astroingeo), catedrático de Bioquímica y Biología Molecular e investigador en el Instituto de Neurociencias, centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández de Elche. Ha publicado cerca de un centenar de artículos en revistas de prestigio internacional en el ámbito de la Neurociencia.

Gran comunicador y apasionado de su faceta de viajero y fotógrafo, Luis Miguel Gutiérrez cautivó —literalmente— al público con su exposición sobre las auroras boreales y la naturaleza de la costa de Islandia, a la que calificó como «las Canarias del norte». La aurora polar es un fenómeno luminiscente que se produce cuando las partículas solares cargadas eléctricamente y generadas por el viento solar chocan con la magnetosfera de la Tierra. En el hemisferio sur se conoce como aurora austral, y en el norte —de más fácil acceso para los visitantes—, aurora boreal. En forma de toroide (rosquilla), puede verse en varios países.

Siempre según el ponente, el invierno es la mejor época para presenciar auroras boreales en Islandia. En concreto habló de uno de sus viajes, que tuvo lugar en un mes de marzo, el de mayor probabilidad de actividad solar. Los residentes en esta zona tenemos la suerte de disponer de vuelos directos semanales desde Alicante, y por un precio módico. Apoyado en un hermoso y abundante material gráfico producto de su experiencia, Luismi (como se le conoce familiarmente) nos detalló una semana de película, plena de aventuras, en las que el ser humano se enfrenta a las dimensiones de una naturaleza desbordante, hasta el extremo de poder verse obligado a permanecer inmóvil durante un día entero, y cancelar los planes previstos, para evitar los peligros de un temporal. Cañones, géiseres, cataratas congeladas, acantilados, playas negras, glaciares, cuevas heladas, extensas lagunas y otros accidentes geográficos, así como la fauna del lugar, poblaron una charla en la que no faltó la emotividad. También hubo tiempo para pasear por la capital, Reikiavik, con mayor detenimiento, tanto de día como de noche, y de disfrutar de las comodidades de las cabañas en que se pernoctaba. Además, nos abrió los ojos a la hora de contratar un seguro para coches con la precaución de que no fuera islandés, ya que lejos del país no conocen tan bien sus peculiaridades atmosféricas ni los daños que pueden causar a los vehículos. Y también nos recomendó llevar el traje de baño, porque, a pesar de las bajas temperaturas, es posible darse algún chapuzón en aguas cálidas.

No era de extrañar que, al término de su exposición, varios asistentes se interesaran por el próximo viaje organizado por Luismi a estas tierras, las más septentrionales de la Europa habitada, y quizá algo ignotas para los continentales. En agradecimiento por su segunda colaboración con Ars Creatio (la primera acaeció hace exactamente diez años, con motivo del número de primavera de 2014, cuya portada fue una foto espacial suya), recibió el logo de la entidad cultural de manos de su vicepresidente, Antonio Sala, en presencia de los concejales Federico Alarcón y Sandra Sánchez.

Un rato de paz y tranquilidad que los habituales seguidores de los actos de Ars Creatio agradecen como merece la ocasión. Porque, paradójicamente, resulta difícil abstraerse de unos tiempos «de aurora boreal». Pues, siquiera durante ese rato, la real sustituyó a la figurada, y eso que salimos ganando todos.