El pasado 21 de septiembre, comenzando el otoño, nos dejaba D. Antonio Quesada. Director, maestro, compañero y amigo. No se va para siempre quien pervive en los corazones de quienes le conocieron. Ni muere del todo quien deja un legado y una huella profunda de su andadura. Andadura que comienza en Valencia, donde se traslada con sus padres siendo un niño. Allí cursa sus estudios y nace su vocación pedagógica al contactar con el pedagogo torrevejense D. Salvador Ruso. En 1959, recién aprobada la oposición al magisterio, con la fuerza que da la juventud y la determinación de una clara vocación por la infancia, comienza su labor didáctica en Almácera (Valencia), Olocau del Rey (Castellón) y Marines (Valencia) Maestro vocacional, trabajador y entregado a su profesión recibe en este último destino un premio de diez mil pesetas de la época (1964) como reconocimiento a la destacada labor que en el orden social y profesional viene desarrollando al frente de su escuela y a los méritos contraídos en el ejercicio de la enseñanza. (Así consta en el diploma recibido) Se traslada a la vecina localidad de Algorfa donde se hace cargo de la única unidad de niños existente en aquel momento. Cuando el centro se amplía en ocho unidades es nombrado director. En 1972 recala en Torrevieja, en el Colegio Virgen del Carmen” y es en este centro torrevejense donde nos ha dejado su impronta y su sello hasta su jubilación en 1998. Organiza, amplía y moderniza el centro con dedicación total y muchas horas de trabajo añadidas a su jornada obligatoria. Orden y disciplina, objetivos educativos bien definidos, actividades escolares y extraescolares enriquecedoras para el alumnado, una convivencia agradable entre alumnos, profesores y padres, una formación integral y en valores… son las metas que siempre pretende alcanzar. Cuando el colegio ubicado en la Calle del Mar queda inservible porque peligra su estructura, se construye un nuevo centro amplio, moderno y bien equipado que D. Antonio Quesada tiene el honor de inaugurar y poner en marcha. Su figura grande tanto como su calidad humana hoy es recordada por todos los que formamos aquella comunidad educativa. Un recuerdo me viene a la mente: tarde de carnaval, ambiente festivo en el patio del colegio, niños y niñas disfrazados disfrutan y bailan al son de la música que se escucha por megafonía. Y de pronto aparece Mickey Mouse: alto, grande, traje de vivos colores, que gesticula y bromea con los alumnos. ¿Quién es? Se preguntan todos. Extrañeza, misterio, alguien ha entrado en nuestro patio. Al cabo de un rato se quita su careta. Oh! exclaman: es el director. Sentido del humor, sensibilidad y una profunda humanidad. Junto a Antonio, una gran mujer: su esposa Trini. Fuerte, trabajadora, constante, amable y al servicio de todos. Evocar la amistad que nos unió a los maestros y maestras que residimos junto al colegio. Años vividos en aquel lugar que nunca olvidaremos. Sus hijos: Trini, Rosa y Antonio y sus nietos son hoy una gran familia que continua su trayectoria humana. D. Antonio se ha marchado. En una mañana de este otoño torrevejense, de esta Torrevieja que tanto amó, su vida se apagó y su barca apareció amarrada a otra ribera. En ese mar sereno navegará tranquilo con su gran humanidad. Y para nosotros D. Antonio Quesada, director maestro y amigo. Siempre en el recuerdo
Lolita Sánchez Torres