Hay lugares donde todo suena mejor. Espacios mágicos donde las notas musicales adquieren un timbre especial. El Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja es uno de ellos.
El pasado sábado se celebró la tercera edición de ‘Una habanera en el parque’, un proyecto del Parque Natural Lagunas de La Mata y Torrevieja y en el que colaboran estrechamente la Concejalía de Medio Ambiente, dirigida por la edil Fanny Serrano, y el Conservatorio Profesional Francisco Casanovas.
Bajo un sol radiante y en un entorno único, como es el Parque Natural, se pudo disfrutar de un fabuloso concierto de habaneras. Con las maravillosas vistas que ofrecen los viñedos, repletos de pámpanos, el Coro Infantil ‘Francisco Vallejos’, dirigido por Galia Seliverstova, interpretó las habaneras ‘A mi añoranza’, ‘La cubana del manglar’ y ‘El sabor de una habanera’. A continuación, alumnos de guitarra junto a su profesora, Ana Meléndez, y el profesor de violín, Javier Susarte, se unieron al coro para interpretar ‘Laguna Bella’, una preciosa habanera compuesta en la primera edición del proyecto por Ana Torres y Susarte, y que se ha convertido en un auténtico himno del proyecto.
Por su parte, el CEIP Habaneras participó con un gran mural en el que los niños del centro escribieron haikus -especie de poesía japonesa- y pintaron dibujos con motivos inspirados en la visita que realizaron previamente al Parque.
Un proyecto de educación ambiental
La jornada se enmarca dentro de un proyecto global que nace de la necesidad de poner en valor y difundir nuestro Patrimonio dentro de la población infantil y juvenil de la ciudad. Con la intención de crear un proyecto educativo centrado en lo emocional, los guías del parque Silvia Mollá y José Manuel Botella y la profesora Meléndez idearon esta iniciativa que cuenta con el apoyo y coordinación de la Concejalía de Medio Ambiente y la dirección del Parque Natural. “Este proyecto nace de la intención de hacer que el Parque Natural sea igual de emblemático para los torrevejenses que las habaneras”, nos dice Mollá.
Durante el curso escolar, los colegios que se adhieren a la iniciativa reciben de los guías del parque charlas u otras actividades educativas y lúdicas que se adaptan a la edad de los niños. Posteriormente, algunas clases de los colegios participantes se trasladan al Parque para conocerlo y experimentarlo, y realizan distintas creciones como resultado final de su proyecto. “Dependiendo de cada colegio hacen un tipo de producto. Al final es una iniciativa viva que cada año se adapta, se transforma y crece”, añade Mollá.