Por Miguel Enrique Fernández Benito: Mitos y verdades del antiguo Egipto

En los siguientes artículos voy a romper un poco la tendencia seguida hasta ahora de aprovechar acontecimientos contemporáneos y relacionarlos con algún suceso histórico. Como ya hemos hablado de pandemias y todo ese rollo me gustaría crear una serie de artículos de datos curiosos sobre los grandes imperios antiguos. En este primer artículo de la serie voy a centrarme en Egipto, ese periodo histórico que suscita tanta atención, pero a la vez tantos mitos.
El Antiguo Egipto fue durante 3000 años la civilización top, algo así como los EEUU actuales, fue fuente de inspiración para los demás pueblos. Mientras que su arte, su arquitectura y, sobre todo, su arqueología funeraria causan fascinación, todavía hay mucho que se desconoce acerca de esta increíble civilización.
A grandes rasgos, la Historia de Egipto comienza sobre el 3100 a.C. cuando el faraón Menes unificó Egipto, y se convirtió en un gran imperio hasta que fue conquistado por los romanos en el 30 a.C. En todo ese tiempo tuvo tres épocas de esplendor conocidas como Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio Nuevo, y dos periodos intermedios designados como épocas oscuras.
Una vez que conocemos su historia vamos a entrar en materia. Empecemos por las famosas pirámides, la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que sobreviven hoy en día. Un proverbio árabe capta su esencia: “El hombre teme al tiempo, pero el tiempo teme a las pirámides”. Éstas no fueron construidas por los extraterrestres ni nada por el estilo y para que le demos más valor se construyeron en tiempos en los que aún no existían grúas. Entonces ¿cómo subían esas piedras monumentales de 10 toneladas? Pues un estudio de 2018 afirma que los egipcios emplearon una rampa central de gran inclinación para levantar los bloques que tenía a los costados dos escaleras de numerosos agujeros para poner postes que, según los investigadores, ayudaban a levantar los pesados bloques de varias toneladas. Un bloque de alabastro se colocaba en un trineo que estaba atado con cuerdas a los postes de madera y al tirar de las cuerdas, los antiguos egipcios podían arrastrar los bloques.
También es muy extendida la idea de que las pirámides fueron construidas por esclavos. Nada más lejos de la realidad, pues fueron empleados remunerados los que las hicieron. Aunque fue un trabajo duro como evidencian las marcas de artritis de sus esqueletos, parece que estaban muy orgullosos de ello pues así se jactan en grafitis encontrados en los enormes poblados donde vivían. La idea esclavista surge por el historiados griego Heródoto en el siglo V a.C. casi dos mil años después de haberse construido.
Hablemos ahora de los faraones. El arte egipcio nos muestra a éstos como personas con cuerpos estilizados y majestuosos, pero es muy probable que no fuesen así y que las esculturas fuesen reflejos idealizados. La dieta egipcia de cerveza, pan y miel era muy alta en azúcares, lo que habría incidido en el “peso real”. Los exámenes en las momias indican que los faraones tenían sobrepeso y algunos padecían diabetes. Un ejemplo notable de lo que hablamos fue la reina Hatshepsut en el XV a. C.
¿Y la famosa Cleopatra? La última reina de Egipto procedía de los Ptolomeo, unos griegos que se mudaron a Egipto 300 años antes, y aunque se crio allí y hablaba su lengua, era considerada por sus contemporáneos como una griega. ¿Y estaba tan buena como nos dice Hollywood? Pues parece que sí. Ya volvió loco al cincuentón Julio César y después a Marco Antonio, y aunque se conoce que era bajita y un poco regordeta, su belleza no tenía parangón.
¿Y que ocurría cuando moría un faraón? Un mito muy extendido era que cuando moría se enterraban con él su familia, sus sirvientes y sus funcionarios vivos. Si bien es cierto que este sacrificio ocurrió alguna vez, ésta no fue una práctica común.
Hablando de muertos, la momificación era un complejo proceso de purificación. Para evitar la putrefacción se extraían casi todos los órganos del cuerpo. A través de una pequeña incisión en el lado izquierdo se extirpaban intestinos, estómago, hígado y pulmones, los cuales también se secaban y se depositaban en los cuatro vasos canopos, símbolo de los hijos de Horus. El cerebro también se extraía con utensilios que se introducían por la nariz. Sólo se dejaba el corazón, pues era donde residía el alma.
Eran muy avanzados para su época, pues tenían grandes conocimientos en matemáticas y astronomía. Como ejemplo decir que las pirámides de Giza están alineadas con el Cinturón de Orión representando cada una de ellas una estrella. Tenían conocimientos en medicina, cada médico se especializaba en una parte del cuerpo, incluso con nombres específicos: “doctor del diente” o “pastor del ano”.
Podemos afirmar que no existían muchas enfermedades gracias a que la higiene y la apariencia eran muy importantes para los egipcios. Los hombres se rasuraban al completo y les encantaba usar flores y aromas. Los más pudientes usaban pelucas, mientras que el resto de clases se dejaban el pelo largo y tanto hombres como mujeres usaban maquillaje. Hasta los 12 años, para proteger a los niños de piojos también se les afeitaba la cabeza a excepción de una trenza.
Por último, afirmar que se ha constatado que hacían huelgas y las mujeres, a pesar de considerarse socialmente inferiores a los hombres, tenían muchos derechos y libertades en comparación con otros pueblos: podían comprar y vender propiedades, ser jurados, hacer testamento y contratos legales; las que trabajaban recibían el mismo salario que el hombre; incluso podían divorciarse y casarse de nuevo.