1823. El asedio a la Torre Vieja

1823. El asedio a la Torre Vieja

Sergio Boj Bri

El asedio. Parte 3.

Conviene recordar que las defensas a modo de baluarte son de clara tradición francesa, muy desarrolladas a partir de la segunda mitad del Siglo XVIII. Consistía en un bastión fortificado que sobresalía del resto del conjunto arquitectónico o del edificio principal y que servía no únicamente para la defensa de la propia fortaleza sino también como plataforma para situar la artillería. De esta forma, obligaba al enemigo a atacar desde una posición más alejada de sus muros.

Mariano del Río y Lorenzo Medrano colaboraron en la construcción del fuerte defensivo, acabado y operativo en el año 1810, época en la que también se concluye la fortificación de Cádiz, entre otras. En estos momentos, se está trabajando en las defensas del Castillo de Burgos, del Retiro en Madrid o el de San Fernando en Alicante, cuyas obras no se terminan hasta 1813. A pesar de ser éstas posteriores en el tiempo, se conservan perfectamente y están declaradas Bien de Interés Cultural, todo lo contrario de lo que encontramos hoy día en Torrevieja.

El fuerte de Punta Cornuda disponía de numerosas habitaciones para el oficial y la tropa, así como cocina y almacenes. En los muros del edificio existiría, así mismo, dos garitas laterales para la vigilancia de los centinelas y en la parte delantera del semicírculo un parapeto con seis cañoneras.

Pero la batería de defensa de Punta Cornuda también fue testigo, años atrás, de otro hecho de gran importancia para la historia de España. En este sentido, el asedio del año 1823 no fue el único que aconteció en la batería de defensa de Torrevieja, sino que, en época de la Guerra de Independencia, ya se vivió otro episodio interesante para la historia de España que conviene recordar.

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